Actualizado: 26/03/2020
Normalmente se usan envases indestructibles para productos perecederos. Ahora existe una propuesta chilena de envase biodegradable para los alimentos.
Margarita Talep es una diseñadora chilena que ha creado un tipo de envase para alimentos totalmente biodegradable y sostenible. Para su elaboración usa materia prima proveniente de las algas.
La mezcla básica se compone de un polímero, un plastificante y un aditivo, variando las cantidades de cada ingrediente en función de la consistencia deseada para el producto final.
Agar, el ingrediente para los envases sostenibles.
Como polímero se usa una sustancia polisacárida gelatinosa que se extrae de las algas rojas por ebullición. El agar es muy utilizado en la industria de la alimentación como espesante. Luego se añade agua como plastificante y tintes naturales para añadir un color suave.
La mezcla líquida se lleva a una temperatura de unos 80 ºC y se vierte sobre una superficie o molde. Cuando la temperatura de la mezcla desciende por debajo de los 20 ºC, se convierte en un gel.
El material se seca en un ambiente ventilado a temperatura constante. El agar genera una película cuando se seca que puede ser más opaca o brillante dependiendo del molde que se utilice. Esta condición hace que el material sea similar a ciertos tipos de plástico.
La versatilidad de este ingrediente hace que tenga el potencial de generar muchos tipos diferentes de bioplásticos. Oscila entre rigidez y flexibilidad, según la proporción de polímero, plastificante y aditivo en la mezcla. También se puede usar para fabricar pajitas y cucharas.
El compuesto es más adecuado para envases de alimentos secos, ya que la composición química es sensible a la humedad, como la pasta o el cereal. Normalmente el embalaje se sella con calor para mejorar la presentación.
El empaque se colorea con ingredientes naturales provenientes de frutas y verduras tales como la col morada, remolacha, zanahoria y arándanos, entre otros.
Biodegradación del agar como envase.
Se descompone de forma natural en dos o tres meses de más calor, según el grosor del material. En invierno, el material tarda un par de semanas más para descomponerse.
Más información: margaritatalep.com
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