Podrían parecer imágenes captadas de los fotogramas de una película, pero no; son reales. Lo que muestran es Bonita Domes, un proyecto personal emprendido en Joshua Tree, en California, que se ha convertido en un icono de la ecoconstrucción. Este rincón ofrece, a quien quiera experimentarlo, un retiro en domos de adobe que, además de ser espectaculares, son ejemplo del aprovechamiento de materiales locales y de eficiencia térmica.
El alma del proyecto es Lisa Starr, apasionada de la medicina del tambor que llevaba años dando vueltas a la idea de vivir tan cerca de la naturaleza como fuera posible. Para ello, en 2009, adquirió los terrenos sobre los que ahora se alza este retiro, cuya construcción arrancó en 2011. Han sido muchas las manos que, entre voluntarios y estudiantes, han colaborado en dar forma a este paraíso de la ecoconstrucción. Pero este no habría sido posible, al menos con el resultado que se ve en las imágenes, sin el ejemplo de Nader Khalili.
Fundador del instituto de la Arquitectura y el Arte de la Tierra, este arquitecto de origen iraní se volcó en la construcción de viviendas resistentes y asequibles a partir del superadobe. Y sus prácticas han sido la guía que la impulsora de Bonita Domes ha seguido para dar forma a este complejo que empezó a construirse con la idea de albergar su vivienda familiar.
Sin embargo, la idea ha ido creciendo hasta convertirse en toda una villa, alzada por entero siguiendo las técnicas de la construcción en superadobe. Con ellas, la Bonita Domes Village, está compuesta por tres domos individuales; dos de ellos de 2’4 metros de diámetro, y otro algo más amplio, de 3’6. Junto a estas construcciones, que se pueden reservar a través de Airbnb, se ubica la vivienda de Lisa Starr. Esta está formada por dos domos de 4’5 metros cuadrados y otro de 3’6.
Todas estas estructuras, sin excepción, han sido construidas con dos premisas clave: el uso de la menor cantidad de recursos posibles y de materiales que se obtuvieran a nivel local. Y así ha sido. El 85% de los materiales que componen las estructuras proceden de la misma tierra sobre la que ahora se alzan. Con esto, con sus formas geométricas y con paredes de hasta 45 centímetros de grosor, los domos son además un ejemplo en cuanto a eficiencia térmica, al mantener el ambiente interior fresco en verano y cálido en invierno.
Estas características únicas conviven en Bonita Domes con el confort. Así, los domos destinados al alojamiento de huéspedes cuentan con espacio suficiente para una familia de cuatro miembros y están dotados de iluminación mediante energía solar. A esto se suman áreas comunes con cocinas, duchas, cuartos de baño y todo lo que una persona pueda necesitar durante su estancia en este lugar; un “modelo e icono para los entusiastas de la construcción de domos de tierra y para todos aquellos que estén buscando un respiro del mundanal ruido», según su impulsora.
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