Actualizado: 13/08/2022
El agua refrigerada en verano consume grandes cantidades de energía eléctrica en nuestras neveras. Pero, saciarse con agua fresca en verano hace milenios que está resuelto con el botijo o el cántaro. La evaporación del agua a través de un material poroso nos permite construir recipientes refrigeradores ecológicos, sencillos y eficaces.
El botijo forma parte de la historia y la cultura mediterránea. Hecho de arcilla cocida pero con una mezcla que conserve la porosidad de este material. Gracias a esta porosidad, el botijo se comporta como la piel humana que deja salir el sudor para refrescarnos.
De este modo el exudado del botijo se convierte en energía de refrigeración para el líquido que contiene en su interior. Es la denominada refrigeración evaporativa que permite que por cada gramo de agua que se evapora se consigan retirar 500 calorías del agua del botijo. Cuánto más calor en el ambiente, más fresca y saludable se conserva el agua.
Además hace una refrigeración sensata que nos ofrece una agua no muy fría y por lo tanto muy saludable por no perjudicar a la garganta.
La refrigeración de la nevera eléctrica en cambio además de consumir energía nos deja el agua a una temperatura que por contraste respeto a la temperatura corporal puede provocar varias dolencias, como por ejemplo dolor de garganta, etc.
Entendemos que hacer frente al cambio climático con un botijo, puede parecer un gesto sencillo. En este caso, el ahorro energético nos llega por poner un botijo en nuestro hogar, en nuestra oficina, en el puesto trabajo. Es un pequeño cambio pero poderoso. Además contribuimos a conservar esta cultura tradicional sensata que hoy en la era de la nanotecnología nos pensamos que ya no nos sirve.
Funcionamiento del botijo.
El botijo es un instrumento técnico preindustrial que roza la perfección. La física, la termodinámica, la respuesta de los materiales minerales transformados, las condiciones climáticas y ambientales, la eficiencia energética, las virtudes saludables de servicio, la eco efectividad y otros aspectos intervienen o se relacionan de forma directa en el funcionamiento del botijo.
El enfriamiento por evaporación es debido a la porosidad de la cerámica, que exuda agua, que al evaporarse toma el calor latente de vaporización del agua de su interior, consiguiendo que ésta se enfríe. La temperatura más baja a la que puede llegar el aire de evaporización del agua en su seno o temperatura de bulbo húmedo, determinará la temperatura mínima teórica a la que puede llegar el agua por evaporización, de esta manera, para que un botijo sea eficiente, requiere transpirar el agua y encontrarse en un ambiente seco.
Beneficios de beber agua de un botijo.
- Beber agua desde un botijo incide de forma directa en el ahorro de energía electrica.
- El agua refrescada en un botijo por la física de la refrigeración evaporativa es un producto saludable para ti y para el clima (-CO2).
- El botijo ahorra más energía a lo largo de su ciclo de vida que la que consume durante su proceso de fabricación.
- El botijo es un instrumento técnico cuasi perfecto, la acción ambiental dispone de una pequeña y buena herramienta para el compromiso activista contra el cambio climático.
- ¡Cuelga un botijo por la tierra!
Cómo se hace.
Historia del botijo.
Su historia se remonta a las antiguas culturas mesopotámicas, donde se encontraron los primeros restos de recipientes con formas similares a los actuales. Los periodos de su máximo esplendor fueron la Edad del Bronce en el Mediterráneo y la Grecia helenística en donde se utilizó como artículo ornamental. Y ya hace unos 3.500 años que en tierras celtíberas se usaba para conservar el agua fresca, tal y como sugiere un ejemplar encontrado en el yacimiento de Puntarrón Chico, en Murcia.
JOSE IGGNACIO CUBIDES CUBIDE dice
Una buena vasija que de seguro volveremos a utilizar , me acuerdo de un amigo que en la profundiad de los llanos orientales usaba las mucuras para tener y beber agua fresca