
El estudio, publicado en JAMA Network (Asociación Médica Estadounidense), sugiere que las personas que viven en áreas con sistemas de agua compartidos con campos de golf tienen casi el doble de riesgo de padecer Parkinson en comparación con quienes tienen pozos privados.
- Estudio: +5.500 personas analizadas.
- Vivir a menos de 1,6 km de campos de golf = riesgo Parkinson ↑.
- Mayor riesgo si comparten red de agua con campo de golf.
- Pesticidas neurotóxicos, posibles culpables.
- Contaminación del agua subterránea = posible vía de exposición.
- No es concluyente, pero sí preocupante.
- Revisar el modelo de mantenimiento actual de los campos de golf.
Vivir cerca de campos de golf podría aumentar el riesgo de Parkinson
Una investigación reciente sugiere que vivir cerca de campos de golf puede aumentar considerablemente el riesgo de desarrollar enfermedad de Parkinson. El estudio, publicado en JAMA Network Open, se centró en la exposición a pesticidas utilizados en estas instalaciones, los cuales podrían estar influyendo negativamente en la salud neurológica de las personas residentes en las inmediaciones.
Metodología del estudio
El análisis incluyó a 5.532 personas de Minnesota y Wisconsin, de las cuales 419 ya habían sido diagnosticadas con Parkinson. Se comparó la proximidad de sus viviendas a 139 campos de golf y la fuente de suministro de agua, evaluando el impacto potencial de los pesticidas usados en estos espacios.
Resultados clave
Vivir a menos de 1,6 kilómetros (1 milla) de un campo de golf se asoció con un 126% más de riesgo de desarrollar Parkinson comparado con quienes viven a más de 9,6 km (6 millas). Incluso residencias a menos de 4,8 km (3 millas) mostraron un riesgo elevado, aunque menor.
Además, vivir en zonas que comparten el sistema de agua con un campo de golf duplicó el riesgo de desarrollar la enfermedad. El estudio sugiere que los pesticidas podrían estar filtrándose a las aguas subterráneas, afectando así a la salud incluso sin contacto directo con el entorno del campo.
¿Qué pesticidas están implicados?
Los productos químicos más señalados son el clorpirifós y el maneb, dos pesticidas comúnmente aplicados en campos de golf y conocidos por su toxicidad neurológica. Ambos compuestos están bajo fuerte escrutinio por sus posibles vínculos con enfermedades neurodegenerativas y por su persistencia en el medio ambiente.
Limitaciones del estudio
El estudio es observacional, por lo que no se puede afirmar una relación causal directa. Además, se reconoce que algunas personas podrían haber desarrollado Parkinson antes de mudarse cerca de un campo de golf, lo que representa un sesgo potencial en los resultados.
Reflexiones desde el ámbito médico y científico
Expertos como Michael Okun, profesor de neurología, señalan que el uso de pesticidas con fines estéticos en campos de golf podría estar generando un riesgo sanitario oculto. Recomiendan revaluar las prácticas de mantenimiento de estos espacios, buscando alternativas más seguras y sostenibles.
En un contexto donde la salud pública y el medio ambiente están íntimamente conectados, reducir el uso de agroquímicos y el amianto en áreas urbanas o de esparcimiento se convierte en una prioridad estratégica. Transformar los campos de golf en espacios gestionados bajo criterios sostenibles puede reducir significativamente el impacto ecológico y mejorar la calidad de vida de las comunidades circundantes.
Más información: Proximity to Golf Courses and Risk of Parkinson Disease | Neurology | JAMA Network Open | JAMA Network
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