
Los esfuerzos por reducir la huella de carbono en el sector marítimo están cobrando impulso. Con la reciente innovación de Stillstrom, empresa que busca desarrollar un sistema de recarga offshore a través de boyas, el futuro de los barcos eléctricos parece más prometedor que nunca.
Stillstrom a la vanguardia en recarga marina
Desde hace dos años, Stillstrom se ha centrado en diseñar una boya de recarga offshore. Estas boyas no sólo actúan como puntos de anclaje sino también como estaciones de carga para barcos eléctricos en el mar. Este ambicioso proyecto está a punto de ser probado en un parque eólico marino del gigante energético Ørsted, reflejando la confianza que está generando en la industria.
El año anterior, la empresa ya había sellado un acuerdo con el puerto de Aberdeen, Escocia, buscando estudiar la viabilidad de instalar múltiples boyas a las afueras del puerto. Estas no solo ofrecerían un amarre seguro para los barcos, sino que también serían una fuente de energía, eliminando la necesidad de usar sus propias máquinas.

North Star se une al proyecto
El panorama para Stillstrom se ve aún más esperanzador con la inclusión de North Star, que se ha comprometido en un protocolo de entendimiento para impulsar estas tecnologías de recarga marina.
La tarea de Stillstrom será analizar cómo adaptar sus soluciones a la flota de SOV (Service Offshore Vessel) de North Star, barcos especializados en mantenimiento de parques eólicos marinos. Mientras, North Star compartirá con Stillstrom su vasta experiencia en operaciones offshore, buscando optimizar el proceso de carga y electrificación.
La importancia de la electrificación marítima
En tiempos donde la transición energética es esencial, la industria marítima busca alternativas para reducir sus emisiones. Aunque algunas empresas están optando por el viento o incluso la energía nuclear, la propulsión eléctrica parece estar un paso atrás debido a las dificultades de almacenamiento y autonomía limitada.
Actualmente, barcos eléctricos pueden recorrer no más de 100 km, como el caso del Bastø Electric, que a pesar de ser el navío eléctrico más grande del mundo, con una batería de 4,3 MWh, solamente puede cruzar los pocos kilómetros entre Moss y Horten en Noruega.
Sin embargo, con la tecnología de Stillstrom, se espera expandir las capacidades de los barcos eléctricos, disminuyendo así la dependencia de combustibles fósiles en el sector marítimo.
Más información: stillstrom.com
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