El uso de las estructuras existentes significa que no hay más desorden en la calle, ni partes móviles, ni necesidad de instalar un nuevo servicio eléctrico.
La carga en la calle se considera la mejor solución al dilema de los conductores urbanos que no pueden instalar cargadores en sus casas. Los cargadores en la calle tienen muchas configuraciones, pero quizás la más original de la que hemos oído hablar es un cargador que puede instalarse en las farolas existentes.
Esto parece una buena idea por varias razones: no hay más desorden en la calle, no hay partes móviles, no hay necesidad de instalar un nuevo servicio eléctrico. En la actualidad, varias empresas compiten en este ámbito y hay proyectos piloto en Londres, Nueva York, Kansas City y Valencia (España).
Según un nuevo estudio, la huella de carbono de la fabricación e instalación de un cargador de farola puede ser hasta un 88% menor que la de un pilar de carga independiente.
El estudio, titulado «Analysis of embodied carbon in on-street residential EV charging stations«, fue encargado por el operador de recarga de farolas ChargeLight, y realizado por Sustainability Analytics.
Su objetivo es cuantificar la cantidad de emisiones de carbono que podrían evitarse desplegando cargadores en farolas en lugar de pilares de carga convencionales. Los autores señalan que hay al menos 300.000 farolas en el Reino Unido que se pueden adaptar para la recarga.
La conclusión del estudio de que los cargadores de farolas suponen menos carbono porque reutilizan la infraestructura existente coincide con el sentido común. Si se hace bien, añadir un cargador a un poste existente debería requerir menos material, menos tiempo y menos problemas, todo lo cual se traduce en emisiones.
Los requisitos de recursos para los nuevos pilares de carga son mucho más elevados que el uso de las fuentes existentes de electricidad en la calle, por lo que no es de extrañar que la construcción de nuevos pilares provoque más emisiones de carbono.
Henry le Fleming, fundador de Sustainability Analytics.
Todo tiene una huella medioambiental, y quienes despliegan EVSE suelen hablar de la ecología de la electricidad que utilizarán sus cargadores. Sin embargo, rara vez oímos hablar de las huellas de carbono relativas de otros tipos de hardware. A ChargeLight le gustaría que los organismos gubernamentales tuvieran en cuenta el carbono incorporado como criterio en las decisiones de financiación de las infraestructuras de recarga.
Este estudio no sólo demuestra que la recarga en farolas es, con diferencia, la solución con menos emisiones de carbono para la infraestructura de recarga en la vía pública, sino que también subraya por qué el carbono incorporado debería ser una consideración mucho más prioritaria para los organismos de financiación del gobierno y las entidades corporativas a la hora de seleccionar soluciones tecnológicas.
Tom Pakenham, director general de ChargeLight.
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