Actualizado: 05/07/2024
Si tienes un patio y quieres cultivar tus propias sandías jugosas, estás en el lugar correcto. En este artículo, te mostraré paso a paso cómo lograrlo. ¡Comencemos!
Lo primero que necesitarás son semillas de sandía, las cuales puedes adquirir en un vivero de confianza. Una vez que las tengas, colócalas en un recipiente con agua. Es importante que si el agua proviene del grifo y es potable, la dejes reposar durante 24 horas para eliminar el exceso de cloro, ya que esto puede dañar las semillas.
Después, vierte las semillas sobre una servilleta para separarlas del agua. Coloca otra servilleta encima y dóblalas para luego guardarlas en un recipiente de plástico. La germinación puede ocurrir entre el segundo y el séptimo día, dependiendo del clima de tu localidad y la temperatura. Lo ideal es que se encuentre alrededor de los 15 grados. Recuerda mantener siempre la servilleta húmeda, revisándola cada dos días.
Una vez que las semillas hayan germinado exitosamente y la raíz haya alcanzado al menos 1 cm, es momento de trasplantarlas. Utiliza vasitos desechables con agujeros en la base para drenar el exceso de agua. Llénalos con una mezcla de compost, tierra de jardín y cascarilla de arroz para retener la humedad por más tiempo. Coloca una semilla en cada vasito con la raíz hacia abajo y humedece nuevamente. Recuerda usar agua potable y dejar reposar 24 horas para eliminar el exceso de cloro.
Ahora, prepara una maceta larga y rectangular de madera para tu cultivo de sandías. Esto es opcional, ya que también puedes utilizar una maceta común si solo deseas cultivar una planta de sandía. Si necesitas las medidas exactas, puedes unirte a nuestro grupo de Telegram gratuito, donde compartiré los detalles.
En la base de la maceta, esparce cascarilla de arroz para ayudar a retener la humedad y el oxígeno. Luego, añade tierra de jardín mezclada con cascarilla de arroz como segunda capa, seguido de compost como tercera capa. Para la cuarta capa, agrega más tierra de jardín mezclada con cascarilla de arroz, y finalmente, como capa final, añade compost mezclado con tierra de jardín y cascarilla de arroz.
No olvides la importancia de los hongos antagonistas. Estos son responsables de evitar el crecimiento de hongos fitopatógenos que podrían dañar las raíces de tu cultivo debido a la humedad. Si no puedes encontrarlos en un vivero, también puedo compartir un video en el que explico cómo preparar un fungicida casero con tres ingredientes simples que cumplen la misma función. Déjame saber en los comentarios si estás interesado.
Después de preparar la mezcla homogénea en la maceta, cúbrela con plástico y sujétalo con un gancho o alambre en las esquinas. Realiza cortes en forma de «x» en el plástico y dóblalos hacia adentro, creando una forma cuadrada. Asegúrate de que los huecos estén espaciados a una distancia de 10 cm entre sí.
Ahora estás listo para trasplantar las plántulas a la maceta o mini parcela rectangular. Haz un hoyo en la tierra y coloca las plántulas con cuidado dentro de él. Cubre las raíces con el mismo sustrato y riega abundantemente.
Una semana después, las plantas de sandía habrán crecido unos centímetros más. Es momento de añadir composto abono orgánico alrededor de las plantas dentro del plástico para favorecer su desarrollo. Dos semanas después, puedes colocar una botella de plástico cortada por la mitad dentro de la mini parcela y utilizarla para añadir fertilizante orgánico, como cáscaras de plátano, lentejas o hojas. Si deseas un video explicativo sobre esto, puedo hacerlo. Esta técnica brindará un impulso adicional al crecimiento de tus sandías.
Después de 3 semanas, realiza una poda cortando la punta superior de las ramas para fomentar la aparición de nuevas ramificaciones. A las 9 semanas, puedes construir una Ramada pequeña con maderas y cuerdas para permitir que las ramas de las sandías trepen y crezcan. Las medidas específicas las compartiré en nuestro grupo de Telegram gratuito.
En la etapa de floración, que ocurre aproximadamente a las 4 semanas, es importante ayudar a la polinización de forma manual. Busca las flores que contengan polen, que son las flores macho, y sacúdelas suavemente dentro de las flores hembra, que no contienen polen. Esto asegurará una polinización exitosa y el desarrollo de las sandías.
Después de 5 semanas, podrás observar las primeras sandías en miniatura, lo que indica que la polinización fue exitosa. En esta etapa, puedes agregar plátanos remojados en agua durante 24 horas alrededor de las plantas. Esto actuará como fertilizante, ya que el plátano contiene potasio, un nutriente esencial para la fructificación.
A las 6 semanas, tus sandías estarán creciendo de manera saludable, pero aún serán pequeñas. Remoja más cáscaras de plátano durante 24 horas y rocía las plantas con esta solución utilizando un regador con vasito descartable.
Después de 7 semanas, las sandías estarán en pleno crecimiento. En este momento, realiza una pequeña poda cortando las puntas de las ramas para evitar que quiten nutrientes a las sandías en desarrollo.
Llegando a las 9 semanas, tus sandías habrán alcanzado un tamaño y forma considerable. Para sostenerlas, utiliza mallas y cuerdas en la base de las sandías, sujetándolas a la Ramada. Esto evitará que se desprendan de su péndulo y se dañen. ¡Verás que lucen hermosas!
Llegado el momento de la cosecha, podrás disfrutar de tus deliciosas sandías cultivadas en tu propio patio.
Resumen en video:
Manuel Martínez dice
Excelente motivación a generar alimentos sanos, no importa la edad del interesado, siempre es positivo tener actividades productivas en familia y en la comunidad.