Actualizado: 04/10/2022
Todo el césped que rodea muchas casas, negocios, parques y otros espacios al aire libre podrían no ser una buena idea para nuestro planeta. Según detallan en un nuevo estudio sobre el tema de la científica australiana Maria Ignatieva y el científico sueco Marcus Hedblom, publicado en la revista Science, necesitamos pensar en alternativas más sostenibles al césped tal y como está planteado hoy día.
Ignatieva y Hedblom afirman que los inconvenientes del césped superan con creces a sus beneficios, y que debemos empezar a explorar nuevas formas de cobertura del suelo. Los científicos afirmaron que la cantidad de agua, fertilizante y corte que requiere el césped es un problema, especialmente cuando usamos cortadoras de césped con motores que emiten gases contaminantes. El uso de estos cortacéspedes elimina cualquier ventaja que el césped pueda tener eliminando dióxido de carbono del aire. Ante este problema algunas ciudades están usando cabras para cortar las distintas hierbas, incluso Amazon ha experimentado con ese sector, aunque tambien hemos visto alternativas de cortadores solares de hierba.
Los autores de estudio también apuntaron que globalmente, el césped ocupa una cantidad de tierra equivalente a Inglaterra y España juntas. En las regiones áridas de Estados Unidos por ejemplo, el césped es responsable del 75 % del consumo de agua en las casas, ¡una barbaridad!. Para empeorar las cosas, los herbicidas y los fertilizantes usados para mantenerlo acaban contaminando la tierra o las aguas subterráneas.
Si crees que el césped artificial es una solución, piénselo dos veces. Este tipo de césped no contribuye a la captura de carbono, el proceso de eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera. Por no hablar de los residuos que genera cuando ya no se puede usar.
Ignatieva y Hedblom informan de que algunas comunidades han comenzado a permitir que crezcan praderas de hierbas naturales en lugar de césped. En lugares como Berlín, los residentes han permitido que el paisaje se vuelva salvaje.
Estas ideas son un primer paso en la dirección correcta, pero los ecologistas sugieren la necesidad de más investigación científica sobre algunos tipos de plantas que podrían convertirse en alternativas al césped, pero que no requieren mucha agua para sobrevivir. El estudio también insta a la gente a cambiar el césped de sus casas por otras alternativas, como por ejemplo un huerto urbano.
Más información: Science Mag
Visto en Phys.org
Miguel Roig dice
Si dejamos crecer plantas autóctonas, la naturaleza se encarga de ofrecernos una vegetación exuberante, mucho mas hermosa que cualquier diseño de jardinería y no necesita mantenimiento, prueben y se sorprenderán
Yulieth dice
Pues mas bien reciclen el agua y la reutiliza así hace doble aporte al planeta y utilicen productoa naturales como fertilizantes … Q sugiere a este paso q noa convirtamos en un planeta de cemento? Busque mas altwrnativas q no vive sola y. Afecta demasiado su limite mental de quitar el cesped q no solo me afecta a mi sino alas plantas animales q son beneficiados de la hermosa naturaleza ….soluciones de soluciones no problemas
Anónimo dice
Lo que dice anónimo es exactamente lo que iba a escribir. Ya no se enrrollen humanos!
Anónimo dice
Lo más natural para preservar la biodiversidad es dejar que las hierbas de prado típicas de la zona colonicen el área que antes ocupaba el césped o limitarlo mucho, solo a algunas zonas donde queramos crear pasos o zonas para tumbarnos. Las plantas autóctonas de prado, hierbas, flores, arbustos, son las nutricias de los insectos característicos de nuestras redes tróficas, alimento de aves, pequeñas lagartijas y otros animales que, en caso contrario, no obtienen recursos para subsistir. Cuántas más especies de hierbas, más especies de insectos y del resto de la cadena. El conocimiento de éstos y el aprecio de esa biodiversidad puede cambiar la tendencia del urbanita a rodearse solo de guijarros, losas, césped y setos siempre podados casi en cuadro. Y lo mejor es que especies que están en retroceso en las inmediaciones de urbanizaciones podrían revertir esa tendencia y sobrevivir en el futuro.