Actualizado: 04/05/2022
El eucalipto siempre ha tenido “mala prensa”. Si todo lo malo que se dice de los árboles de eucalipto fuese cierto, Australia, su país originario, cubierto por inmensos bosques de eucaliptos, sería un continente muerto, sin vida.
Arrasar bosques naturales para sembrar eucaliptos es un desastre, en eso seguro que estamos todos de acuerdo. Pero en tierras degradadas donde ya nada crece, donde sólo el eucalipto es capaz de crecer, puede ser de gran ayuda para el medio ambiente.
Pero primero hablemos de esta especie.
Árbol de eucalipto.
El alimento favorito de los koalas son las hojas de eucalipto, pero solo de 2 o 3 clases de las 700 distintas que existen de este tipo de árboles de hasta 100 metros de altura.
Muchos de estos enormes troncos no proyectan su larga sombra sobre Australia. Podemos encontrar árboles de eucalipto por todo el mundo, usados para la industria de la madera, para producir papel o por el aceite muy especial que recubre sus ramas, usado para perfumes, anti-mosquitos o productos de limpieza para el hogar.
El eucalipto es una especie de árbol que pertenece a la familia de las Myrtaceae. Estos son los árboles más comunes en Australia. Hay más de 700 especies de eucaliptos, casi todas ellas nativas de Australia. Sin embargo, algunas especies también se encuentran en Nueva Guinea, Indonesia y Filipinas.
Muchos de ellos se cultivan actualmente con fines ornamentales o productivos en las zonas templadas del continente americano, Europa, Asia y África. El eucalipto es en realidad sólo uno de los tres géneros muy similares y cercanos que a menudo se confunden. Los otros se llaman Corymbia y Angophora.
Los árboles de eucalipto son de crecimiento ultrarrápido, capaces de crecer hasta 3 metros en 12 meses.
Algunos de ellos son apodados «árboles de caucho» por el látex que sale cuando su corteza se trata. El nombre eucalipto proviene del griego y significa «bien escondido» en referencia al hecho de que los pétalos ocultan inicialmente el centro de la flor.
Los árboles de eucaliptos empezaron a salir de su Australia natal en los barcos del Capitán James Cook allá por 1766. Unos años después, era descrito y bautizado con su nombre actual por el botánico francés L’Heriter.
Mitos del cultivo de eucaliptos.
Repasemos alguno de los mitos que se han extendido sin control en relación al cultivo de eucaliptos.
El eucalipto es enemigo del suelo, al que agota.
Diferentes investigaciones han llegado a la conclusión de que el eucalipto no produce un agotamiento en el suelo ni tiene ningún peligro para la futura productividad. Al contrario, el eucalipto consigue mantener una abundante y variada microflora que ayuda a descomponer residuos e incorporarlos al sistema nutritivo. Se ha comprobado que cien años de cultivo de eucalipto no han producido efectos perjudiciales en el suelo.
Las raíces del eucalipto penetran muy profundamente en la tierra para absorber nutrientes a los que no llega ninguna otra especie, de esta forma no entra en competencia con otras plantas.
Incompatibilidad entre el eucalipto y las especies autóctonas.
En diferentes zonas se han convertido antiguos eucaliptares en manzanales, melocotonares, pinares, viñas o prados, en los que se han obtenido cosechas idénticas o superiores a los de las fincas colindantes tradicionalmente no ocupadas por eucaliptos.
Erosión del suelo.
El eucalipto puede ayudar a mantener la integridad del terreno. El cultivo de eucaliptos permite recuperar montes degradados y formar suelo. Son de los pocos árboles que pueden sobrevivir en suelos erosionados, además de contribuir a su recuperación.
El eucalipto se ha usado como fijador de terrenos inestables y movedizos, como dique de barranqueras, terraplenes o ante movimientos de tierras.
Agotamiento de las reservas hídricas.
El eucalipto blanco, con mayor presencia en Galicia, precisa suelos húmedos pero no resiste los encharcados. En verano, la demanda de agua de pinos, eucaliptos y robles es similar.
En Australia, las cuencas que abastecen grandes ciudades, caso de Camberra, están pobladas de eucaliptos.
El eucalipto consume menos agua de lo que se habla, ya que tiene la facultad de cerrar sus hojas, así durante las sequías, su evaporación se reduce radicalmente.
El eucalipto perjudica el medio ambiente.
El eucalipto no sólo no perjudica al medio ambiente sino que es respetuoso con él, alberga una fauna y una flora peculiares, realiza funciones correctoras hidro-forestales, y actúa como protector acústico, como cortavientos o como cortina que evita la insolación del ganado.
La plantación y explotación de eucaliptos en determinadas zonas sirve para proteger a especies como cedros, encinas, alcornoques…, además de las selvas tropicales sobreexplotadas.
El eucalipto se ha revelado como una de las especies más capaces de “secuestrar” CO2 y gases de efecto invernadero, para así liberar oxígeno a la atmósfera.
El eucalipto es un monocultivo que sólo sirve para hacer celulosa.
Las especies de crecimiento rápido como los eucaliptos ocuparon en España el 7% de la superficie arbolada, produciendo el 44% de la madera de uso industrial.
Si el eucalipto crece a una media de 15 m3/ha/año y el roble 1 m3/ha/año es evidente que cada ejercicio que pase habrá más madera del primero para cortar.
El aprovechamiento del eucalipto va mucho más allá de la transformación en pasta de papel, sus posibilidades pasa por las apeas para minas, traviesas de ferrocarril, bateas de mejillón, cercas, vallados o postes, viguerías de construcción, encofrados, embalajes o tarimas, fabricación de puertas, ventanas o muebles, salpicaderos de coches de alta gama, aprovechamiento de su corteza para fabricar taninos, o sus hojas para obtener aceites esenciales, o el de sus flores como elementos de ornamentación o para la apicultura.
La explotación del eucalipto atiende a la demanda cada vez mayor de papel en el mundo. El eucalipto produce una madera tradicionalmente rentable por su altísima producción por hectárea y año, y porque por cada metro cúbico produce un 35% más de fibra que el abedul y un 45% más que el pino.
El eucalipto es enemigo de la biodiversidad y de la salud.
En sus ecosistemas originarios se desarrollan fósiles vivos como el ornitorrinco, el canguro o el koala. En los eucaliptares de la Península Ibérica anidan tórtolas, cigüeñas, águilas, jilgueros, perdices, milanos, pájaros carpinteros, entre otros. También se usan como descansaderos de ganado y como hábitat de lobos, jabalíes e incluso corzos.
El eucalipto es un árbol capaz de vivir casi en cualquier sitio, de soportar casi cualquier circunstancia y crecer rápido.
Ventajas del cultivo de eucaliptos.
Entre las ventajas del cultivo del eucalipto en el entorno de una Gestión Forestal Sostenible podemos hablar de:
- Una fuente renovable de materia prima. El eucalipto produce más cantidad de madera o biomasa con los mismos recursos.
- Una fuente de energía renovable. Gracias a su rápido crecimiento y al poder calórico de su biomasa, son una eficiente fuente de energía renovable.
- Genera actividad y empleo en las zonas rurales. Una buena oportunidad para luchar contra el abandono de las zonas rurales.
- La especie más eficiente para generar materia prima. A pesar de no es una especie autóctona de la Península Ibérica, el eucalipto rinde más en el mismo terreno.
- Protege los bosques naturales. Las plantaciones de eucaliptos satisfacen la demanda de madera y biomasa, reduciendo de esta forma la presión sobre los bosques naturales.
- Uso múltiple del monte. El cultivo de eucalipto es compatible con otros usos: ganadería, cinegética, apícola…
- Mejora los suelos marginales o degradados. Los cultivos forestales mejoran los terrenos de escasa calidad.
- Pueden frenar los incendios. Gracias a que en los cultivos de eucalipto el material combustible bajo las copas es mucho menor que en un bosque natural sin gestionar, puede ayudar a detener la rápida evolución y descontrol de un incendio.