Actualizado: 10/09/2021
Con mucha menos visibilidad que la energía solar y la eólica, la energía geotérmica es una de las alternativas disponibles para que en el sistema eléctrico se produzca al fin un apagón de los combustibles fósiles y de las nucleares. Los avances tecnológicos y las ventajas competitivas de esta fuente de energía, como su independencia de las condiciones climáticas, están sin embargo revitalizándola de un extremo al otro del mundo. Islandia es uno de los más próximos y de los que más están poniendo sobre la mesa para que la energía de sus volcanes sume al suministro nacional. Este y otros avances en energía geotérmica apunta todo lo que puede dar de sí.
Motivos para apostar por esta alternativa no faltan, puesto que la Agencia Internacional de la Energía espera que esta fuente energética baja en carbono aporte hasta 400 Twh por año, lo que supondría el 3’5% de la producción mundial de electricidad. De cumplirse estas expectativas cada año se evitarían emisiones a la atmósfera por un mínimo de 800 megatones (Mt). Con menos números y más claridad explicaba el experto británico Yan Lavallée a The Guardian la potencialidad de la geotermia. “Incluso un pequeño cuerpo de magma del orden de una fracción de un kilómetro cúbico podría suministrar energía a todo un país del tamaño de Reino Unido”.
Con esas perspectivas, en distintos países se trabaja actualmente para dar un tirón a esta fuente de energía que, no obstante, tiene sus contras. Entre los más destacados figuran las emisiones de gases de efecto invernadero, que no desaparecen con esta alternativa. Su fiabilidad y su menor impacto respecto a otras fuentes disponibles suelen contraponerse al argumento anterior en los territorios que explotan sus recursos geotérmicos o que buscan cómo hacerlo. Entre los más destacados, figuran los siguientes:
Islandia, a la búsqueda de energía en sus volcanes.
Desde agosto de 2016 un equipo experto trabaja en las profundidades de uno de los volcanes del Reykjanes, al sudoeste del país, para llevar la geotérmica a un nuevo nivel. A la espera de resultados definitivos para finales de 2018, el proyecto impresiona. Impulsado por el consorcio Iceland Deep Drilling Project, ya ha supuesto la perforación a profundidades de 4.659 metros.
A ese nivel, y con una temperatura de unos 427 grados, se llega a lo que en la jerga se conoce como ‘condiciones supercríticas’, con lo que se logra un contenido energético mucho mayor. De hecho se estima que puede aportar diez veces más de energía que algunos combustibles fósiles. Es lo que opina este equipo que sigue trabajando para que los volcanes suministren energía a Islandia e, incluso, a otros países.
Nueva Zelanda con los maoríes como pioneros.
Dicen en Nueva Zelanda que siglos antes de que la energía geotérmica se aprovechara para generar electricidad, los maoríes ya empleaban el calor de la tierra para cocinar, lavar o calentarse. Esto da una idea de los años de experiencia acumulada en la materia en este país y, también, de las condiciones que presenta para aprovechar este recurso.
Su ubicación entre dos placas tectónicas hace de este un territorio especialmente apto para el aprovechamiento de la energía geotérmica. Con eso, los avances de la técnica y el empeño por sacar partido a esta alternativa, la geotermia está detrás hoy por hoy de más del 17% de la electricidad del país. Sin embargo, con una capacidad actual que se sitúa en el entorno de los 900 MW, Nueva Zelanda estima que otros 1.000 MW pueden emplearse para generar electricidad, y en ello están.
Hawái, la vía hacia la sostenibilidad y la autosuficiencia.
Con una factura eléctrica sensiblemente más cara que la del resto de Estados Unidos, este estado avanza hacia su autosuficiencia energética, que espera lograr en 2045. En que el objetivo se cumpla jugará un papel crucial la energía geotérmica. Con cinco volcanes activos, los recursos están ahí. Estos son, básicamente tres: calor, un fluido, que puede ser agua o vapor, y rocas permeables que permitan su movimiento y la canalización hacia la superficie a través de un pozo.
Y como lo anterior, en Hawái, no falta, solo de la planta de Puna se obtienen 38 MW de energía. Lo previsto es que la aportación de la geotérmica vaya a más. Así, esas instalaciones cuenta ya con autorización para incorporar otros 22 MW en el futuro. A esto se suma la posibilidad de explotar nuevos recursos en la isla de Maui y en la zona de East Hawaii, según informa la compañía eléctrica estatal.
Los anteriores son algunos de los principales polos de expansión de la energía geotérmica en el mundo, que cuenta con otro punto destacado en Montserrat. Con un proyecto en curso, este territorio británico del Caribe está también ahí para situarse en los puestos de cabeza en esta fuente de energía a la que le queda todavía mucho recorrido.
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