Actualizado: 05/07/2024
A mediados de siglo, la sociedad tendrá que intensificar considerablemente la producción de su sistema de producción de alimentos y, al mismo tiempo, reducir su huella: el uso del suelo, los recursos de agua dulce y la biodiversidad.
Un nuevo estudio especula que estos futuros problemas mundiales de producción de alimentos podrían resolverse cultivando microalgas (unicelulares) nutritivas y densas en proteínas en sistemas de acuicultura en tierra, alimentados con agua de mar.
En la actualidad, la agricultura es la columna vertebral de la producción de alimentos, pero con altos costes ambientales y muchas emisiones de gases de efecto invernadero, hay mucho que mejorar. La acuicultura marina está poco desarrollada y también tiene impactos ambientales.
No podemos alcanzar nuestros objetivos con la forma en que producimos actualmente los alimentos y nuestra dependencia de la agricultura terrestre.
Charles Greene, catedrático emérito de Ciencias de la Tierra y la Atmósfera y autor principal del artículo.
Sistemas de acuicultura en tierra.
Aquí es donde entran en juego los sistemas de acuicultura en tierra.
Los investigadores de la Universidad de Cornell sostienen que el crecimiento de las algas en las granjas de acuicultura en tierra puede suponer una gran diferencia.
Los investigadores estudiaron cómo el cultivo de algas en tierra podría cubrir el vacío previsto en las futuras demandas nutricionales de la sociedad. Además, la huella medioambiental de estas novedosas granjas reduciría la deforestación y no requeriría ni tierra ni fertilizantes.
Tenemos la oportunidad de cultivar alimentos muy nutritivos, de rápido crecimiento, y podemos hacerlo en entornos en los que no competimos con otros usos. Y como lo cultivamos en instalaciones relativamente cerradas y controladas, no tenemos el mismo tipo de impacto ambiental.
Charles Greene
Los investigadores de Cornell utilizaron modelos basados en SIG para predecir los rendimientos en función de la luz solar anual, la topografía y otros factores ambientales y logísticos. Los resultados del modelo revelan que las mejores ubicaciones para las instalaciones de cultivo de algas en tierra se encuentran a lo largo de las costas del Sur Global, incluidos los entornos desérticos.
Las microalgas marinas son una gran fuente no explotada de proteínas alimentarias de alta calidad. Las microalgas marinas también aportan nutrientes de los que carecen las dietas vegetarianas, como los aminoácidos esenciales y los minerales que se encuentran en la carne y los ácidos grasos omega-3 que a menudo se encuentran en el pescado y el marisco. Las algas crecen diez veces más rápido que los cultivos tradicionales y pueden producirse de forma más eficiente que la agricultura en su uso de nutrientes.
Al reducir la demanda de tierras de cultivo de la agricultura, el cultivo de microalgas marinas también puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la pérdida de biodiversidad, señalan los investigadores.
Además, aunque el cultivo de algas resuelve sobre el papel muchos problemas alimentarios y medioambientales, sólo puede tener éxito si la gente lo adopta en sus dietas y para otros usos.
Más información: cornell.edu
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