Actualizado: 20/03/2021
Es un caso raro, pero 45 de los principales economistas estadounidenses hablan con una sola voz. El hecho es que todos respaldan el impuesto al carbono para combatir el cambio climático.
Un grupo de reconocidos economistas encabezados por Alan Greenspan y Paul Volcker, respaldan un plan para combatir el cambio climático a través de un impuesto sobre las emisiones de gases de efecto invernadero.
Hablan con una sola voz.
45 influyentes economistas afirman en un artículo del Wall Street Journal:
«Un impuesto al carbono enviará una clara señal a los mercados para dirigir a los actores económicos hacia un futuro con bajas emisiones de carbono».
Es un hecho insólito que la élite de economistas estadounidenses hable con una sola voz como en este caso. Se trata de un problema apremiante que enfrenta desafíos políticos para republicanos, conservadores y la Casa Blanca.
Según Larry Summers, ex presidente de la Universidad de Harvard y secretario del Tesoro de EE. UU.
«Esta es una de las pocas ideas de política económica que cuenta con un amplio apoyo bipartidista. Hoy en día, en política económica, no vemos muchos consensos».
Este plan ha sido ideado por dos ex secretarios de estado, James Baker y George P Shultz. Que tenga un apoyo generalizado puede dar impulso al plan de impuestos y dividendos sobre el carbono.
Presión al congreso.
Dadas las catastróficas consecuencias que se derivan del cambio climático, la presión política está aumentando en todos los frentes, también sobre el congreso de los Estados Unidos. El cambio climático impactará en todos los países, incluido los Estados Unidos, aunque su presidente Trump se crea inmune.
Nancy Pelosi, Demócrata de California y presidenta de la Cámara de representantes, prometió que la cámara adoptará la legislación sobre el clima. Por otra parte, algunos demócratas promueven un llamado a Green New Deal.
De esta manera el tratado exige la eliminación gradual de combustibles fósiles para el año 2030. Tal vez este esfuerzo con la actual política de los republicanos controlando el Senado y la Casa Blanca, no llegue muy lejos.
El presidente Donald Trump, durante su campaña dijo oponerse a gravar las emisiones de los gases de efecto invernadero. En el mes de julio los republicanos de la Cámara votaron en contra de la idea de un impuesto al carbono.
Impulso para crear alternativas de energía limpia.
Quienes defienden la propuesta dicen que tratan de generar un impulso de acción dentro de los próximos dos años.
Los economistas incluyen en su declaración proclamas que pueden ser interesantes para los republicanos. Por ejemplo, la importancia de otorgar descuentos a todos los estadounidenses y mantener un ingreso fiscal neutral.
Promueven reemplazar las regulaciones incomodas por un impuesto al carbono. Como consecuencia, el gobierno podría promover el crecimiento económico. Además brindar a las empresas la certeza que necesitan para inversiones en energías alternativas.
Los economistas ven efectivo el impuesto al carbono para desalentar las emisiones de gases de efecto invernadero. Y por otra parte para combatir el cambio climático.
Pero también enfatizan que los ingresos deben ser reembolsados a los ciudadanos. No se deben usar para reducir déficit o financiar al gobierno, deben servir para acelerar una economía más sostenible.
La idea general es sencilla, quien más contamina más paga. Lo recaudado se dedica a las acciones de lucha contra el cambio climático. Un ejemplo, en California gravan a las empresas más contaminantes y con el dinero recaudado financian paneles solares para las familias más desfavorecidas, esas es la idea.
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