Investigadores de la Universidad de Estocolmo han presentado un sistema de revestimiento de madera de base biológica que podría transformar la industria de la construcción al ofrecer una alternativa sostenible a los revestimientos sintéticos de origen fósil.
Científicos desarrollan nuevos tratamientos para madera a partir de corteza de árbol
Más de 23 millones de metros cúbicos de madera se procesan cada año en Europa. Ahora, científicos de materiales han comenzado a utilizar la corteza de los árboles procesados para crear productos forestales y tratamientos de mayor valor.
La corteza de los árboles podría ser clave para la próxima generación de tratamientos para madera, ya que investigadores están empleando cortezas de abedul y abeto, abundantes en los bosques europeos, para desarrollar el primer tratamiento basado en corteza completamente libre de químicos.
Publicada en la revista Materials Horizons, la investigación titulada «Recubrimientos para madera totalmente bio-basados y resistentes al agua derivados de la corteza de árbol» fue liderada por Mika Sipponen, profesor asistente de la Universidad de Estocolmo.
El estudio describe cómo una mezcla de 90 % de ácidos suberínicos extraídos de la corteza de abedul y 10 % de polifenoles de la corteza de abeto puede ofrecer una alternativa sostenible a los tratamientos sintéticos convencionales:
“Mostramos un sistema de protección de superficies de madera totalmente bio-basado, usando componentes extraídos de la corteza de abedul y abeto, inspirado en la función natural de barrera que tiene la corteza en los árboles”, explicó Sipponen. La innovación del estudio radica en que la formulación se deriva completamente de recursos renovables, en contraste con los recubrimientos sintéticos basados en combustibles fósiles utilizados en la industria.
El desafío de la durabilidad en la construcción con madera
La durabilidad es uno de los principales retos en el uso de materiales de construcción a base de madera. El entorno exterior expone a la madera a condiciones como humedad, calor, radiación solar y microorganismos. Aunque aplicar un recubrimiento protector puede prolongar su vida útil, la industria ha dependido históricamente de recubrimientos sintéticos que contienen solventes orgánicos peligrosos y polímeros derivados de hidrocarburos fósiles.
Actualmente, la corteza de los árboles suele convertirse en desecho o quemarse para biomasa, desaprovechando su potencial como recurso. Solo en la Unión Europea se producen más de 23 millones de toneladas cúbicas de madera cada año, generando una cantidad significativa de corteza como subproducto. Inspirado en las propiedades de barrera natural de la corteza, Sipponen decidió investigar su potencial para la protección de la madera en entornos exteriores:
“Esta aplicación tiene un enorme potencial para revolucionar la industria forestal, alejándola de prácticas actuales como la quema de corteza para generar energía, hacia su uso en materiales que almacenan carbono”, afirmó el investigador.
Una solución sostenible y eficaz
El equipo de Sipponen demostró que al calentar la corteza, los ácidos suberínicos se transforman en un recubrimiento duro, similar al caucho y resistente al agua. Sin embargo, la naturaleza viscosa e insoluble en agua de los ácidos suberínicos dificulta su aplicación uniforme sin el uso de solventes orgánicos. Para superar este obstáculo, los científicos utilizaron polifenoles de abeto para estabilizar los ácidos suberínicos en una suspensión acuosa, lo que permitió distribuirlos de manera uniforme y crear un recubrimiento homogéneo:
“Variando la concentración de los polifenoles de la corteza de abeto, es posible ajustar las propiedades mecánicas del recubrimiento curado”, explicaron los autores del estudio.
Beneficios ambientales y económicos
El desarrollo de estos recubrimientos bio-basados tiene múltiples implicaciones positivas:
- Reducción de residuos: transforma un subproducto del procesamiento de madera en un material valioso.
- Sostenibilidad: fomenta la utilización eficiente de los recursos forestales, disminuyendo la dependencia de materiales basados en fósiles.
- Resistencia superior al agua: supera las prestaciones de los recubrimientos tradicionales como las emulsiones de alquídicos.
- Innovación industrial: abre nuevas oportunidades en el desarrollo de materiales renovables y libres de químicos peligrosos.
Un paso hacia la bioeconomía circular
La investigación de Sipponen marca un avance significativo en la ciencia de materiales sostenibles. Al convertir un desecho infrautilizado en un producto de alto valor, esta tecnología no solo promueve la eficiencia de los recursos forestales, sino que también impulsa una transición hacia una bioeconomía circular, en la que los residuos se integran como componentes esenciales en nuevas cadenas de valor.
Este trabajo podría inspirar futuras innovaciones en la industria, contribuyendo a la descarbonización del sector de la construcción y al desarrollo de tecnologías respetuosas con el medio ambiente.
Vía www.su.se
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