Lux Bio ha revolucionado el mercado de las barras luminosas al desarrollar una alternativa bioluminiscente, biodegradable y no contaminante, que reemplaza a las tradicionales barritas químicas, las cuales suelen acabar en vertederos y océanos, causando graves problemas ambientales.
Una solución brillante
Llevar uno de estos nuevas barras luminosas compostables es casi como tener una pequeña medusa en el bolsillo. Esto resuelve un gran problema que acompaña a las tradicionales barras luminiscentes: después de aproximadamente 12 horas de uso, se convierten en basura inútil, contaminada químicamente y no reciclable. Este desperdicio es muy común en eventos como festivales de música, actividades recreativas y operaciones militares, donde estos objetos, a pesar de su utilidad, representan una carga ambiental significativa.
Hace diez años, Paige Whitehead experimentó este problema de primera mano mientras participaba como voluntaria en la recolección de basura en el Festival de Música Shambhala. Hoy, como directora ejecutiva de Lux Bio, una startup ubicada en Vancouver, ha lanzado una versión ecológica del icónica barra luminosa, llamado Lume, que es completamente biodegradable y utiliza bioluminiscencia para generar luz de manera sostenible.
¿Cómo funciona?
Lume utiliza una carcasa biodegradable y un sistema de luz basado en enzimas. Al doblar la barra, dos compartimentos internos se mezclan: uno contiene un polvo de proteínas con enzimas y moléculas de combustible, y el otro contiene agua. Cuando estos elementos se combinan, activan una reacción química que produce luz durante aproximadamente seis horas. Este proceso imita la bioluminiscencia natural que ocurre en algunos organismos marinos, pero sin depender de ellos.
El profesor Steven Hallam, del departamento de microbiología e inmunología de la Universidad de Columbia Británica, destaca que lo innovador de Lux Bio es su capacidad para recrear este proceso biológico de una manera simplificada, sin necesidad de recurrir a petroquímicos, que son utilizados actualmente en la producción de las barras luminosas tradicionales.
Un mercado con impacto global
Aunque Lume parece dirigido a un público recreativo, como asistentes a festivales de música y fiestas infantiles, su mercado es mucho más amplio. Originalmente, las barras luminosas se producían para el ejército debido a su portabilidad, resistencia al agua, bajo coste y otras características clave, como no consumir oxígeno ni emitir calor. Esto los hace indispensables en situaciones de emergencia, como evacuaciones en minas o en operaciones de rescate en el mar.
Sólo el gobierno de los EE. UU. gasta aproximadamente 35 millones de dólares al año en tecnología de barras luminosas, principalmente para marcar, señalizar o identificar objetos o personas en situaciones peligrosas. En el ámbito de la pesca comercial, las barras luminosas se utilizan para atraer peces, lo que genera un grave problema ambiental: en Queensland, Australia, se encontraron más de 18.000 barras luminosas desechados en un período de diez años, afectando gravemente al ecosistema del Gran Arrecife de Coral.
Impacto ambiental de las barras luminosas tradicionales
Las barras luminosas tradicionales están hechos de plásticos que tardan décadas en degradarse, y su contenido químico puede ser tóxico. Un estudio realizado en Brasil, donde investigadores caminaron 200 kilómetros a lo largo de las playas de Costa dos Coqueiros, reveló que un tercio de los 2.554 barras luminosas recolectadas estaban rotas, liberando sustancias dañinas al medio ambiente.
Además, los estudios indican que los productos químicos en el interior de estas barras pueden ser citotóxicos, es decir, perjudiciales para las células. Investigadores han señalado la urgente necesidad de investigar cómo gestionar los residuos de las barras luminosas y los posibles efectos en la salud humana.
Una solución disruptiva
Lux Bio tiene el potencial de transformar muchos sectores. Además de su aplicación en la recreación, empresas de buceo profundo y la Guardia Costera canadiense ya están probando los barras Lume en situaciones de rescate y exploración en las profundidades oceánicas, donde las barras luminosas tradicionales son una herramienta clave. Estas barras también están siendo utilizados en experimentos de la NASA, lo que demuestra el amplio alcance de la innovación.
Lux Bio ha desarrollado una patente para su diseño, lo que le permitirá escalar su producción y reducir los costos de su producto, que actualmente se vende entre 4 y 6 dólares por unidad, dependiendo de la cantidad comprada. A medida que la producción aumente, se espera que los precios bajen, haciéndolos más competitivos en comparación con las barras tradicionales, cuyo costo oscila entre 2 y 7 dólares.
El futuro de la bioluminiscencia
La bioluminiscencia no es un concepto nuevo, pero el enfoque de Lux Bio ha sido innovador en su aplicación comercial. Si bien la empresa aún enfrenta desafíos para lograr una mayor duración y brillo en sus productos, su enfoque sostenible ha sido bien recibido. El equipo de Lux Bio sigue experimentando con nuevas fórmulas y aplicaciones para sectores industriales, con el objetivo de ampliar el uso de su tecnología en contextos más exigentes.
Con cada pequeño paso, Lux Bio demuestra que es posible rediseñar productos cotidianos para hacerlos más sostenibles, sin sacrificar funcionalidad. Como señala Whitehead, «no podemos resolver todos los problemas, pero hemos logrado resolver este».
En un mundo cada vez más consciente del impacto ambiental, innovaciones como las de Lux Bio son fundamentales para reducir la contaminación plástica y ofrecer alternativas viables y ecológicas.
Más información: www.luxbio.ca
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