Actualizado: 05/07/2024
¿Sabías que los rollos de papel higiénico son 100% biodegradables y pueden ser muy valiosos para tu huerta y jardín? Hoy hablamos de cómo hacer semilleros usando estos rollos, en un proceso sencillo y divertido. Los semilleros son recipientes donde colocamos las semillas para que germinen, permitiendo que las plantas crezcan sin sufrir el trasplante. Además, favorecen la retención de humedad y aceleran el crecimiento. ¡Aprovecha los recursos que tienes a mano y descubre cómo darles una segunda vida a los rollos de papel higiénico!
Preparación de los materiales.
Para hacer los semilleros con rollos de papel higiénico, necesitarás los siguientes materiales:
- Rollos de papel higiénico (también puedes utilizar rollos de cocina y cortarlos).
- Sustrato adecuado para rellenar los tubos.
- Una bandeja que sirva como soporte para los tubos.
- Semillas de la planta que desees sembrar (por ejemplo, judías).
Preparación de los semilleros.
Existen dos opciones para preparar los semilleros con los rollos de papel higiénico. Puedes elegir la que más te convenga:
- Opción 1: Rellenar los tubos directamente y colocarlos juntos en la bandeja.
- Opción 2: Doblamos la base de cada tubo para evitar que se salga la tierra. Para ello, hacemos cuatro pequeños cortes de aproximadamente dos centímetros en la base del tubo y doblamos hacia adentro.
Relleno de los semilleros.
Rellena los tubos con el sustrato poco a poco. Lo ideal es preparar un buen sustrato mezclando compost, turba, fibra de coco y algo de humus de lombriz. Sin embargo, también puedes utilizar sustratos universales ya preparados o lo que tengas disponible en casa. Al rellenar, asegúrate de dejar un poco de espacio para poder regar adecuadamente.
Siembra de las semillas.
Haz un agujero en cada tubo con un palo o lápiz y coloca dos o tres semillas en cada agujero.
Posteriormente, cubre las semillas con tierra, teniendo en cuenta que, como regla general, la semilla debe enterrarse como máximo el doble de su tamaño. No las entierres demasiado profundamente, ya que les costará salir.
Riego de los semilleros.
Riega con cuidado para no desplazar la tierra y las semillas. Puedes utilizar una jarra, una regadera o incluso un difusor de agua para tener mayor precisión en el riego. Asegúrate de echar el agua poco a poco para evitar encharcamientos.
Cuidado y seguimiento.
Mantén los semilleros en un lugar donde reciban la cantidad adecuada de luz y humedad. Debes vigilar que el sustrato no se seque, ya que la humedad es esencial para la germinación de las semillas. Una vez que las plantas hayan crecido lo suficiente, podrás trasplantarlas a macetas o directamente al suelo sin sacarlas de los tubos de papel higiénico. Al ser de celulosa, se desharán fácilmente y las raíces de las plantas no sufrirán daños.
Etiquetado y espera.
Para recordar qué semillas has sembrado en cada tubo, puedes preparar etiquetas utilizando plástico de un recipiente tipo yogur. Corta tiras de aproximadamente un centímetro y medio o dos, escribe en ellas la fecha y el nombre de la planta que has sembrado y colócalas en los semilleros.
Ahora solo queda tener paciencia y esperar a que las semillas germinen y las plantitas vayan creciendo poco a poco. Observa de cerca el proceso y verás cómo cada día se desarrollan más. Con esta actividad, aprendemos la importancia de la humedad y la temperatura para la germinación de las semillas, además de aprovechar un material biodegradable como los rollos de papel higiénico. ¡Disfruta del proceso y de tus futuras plantas en la huerta o jardín!
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