El gobierno de Nueva Zelanda ha declarado la emergencia climática, un paso simbólico que reconoce las predicciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de un calentamiento global grave si las emisiones no disminuyen.
Junto con la declaración, Nueva Zelanda anunció que exigirá a su sector público que sea neutro en carbono para el 2025. Los organismos gubernamentales tendrían que medir, informar y compensar las emisiones.
El sector público debe ser y será un ejemplo que establezca la norma que todos debemos alcanzar para 2050.
Jacinda Ardern, primera Ministra de Nueva Zelanda.
Nueva Zelanda más ecológica
«Esta es una declaración de la ciencia«, dijo Ardern, agregando que la medida es «un reconocimiento de la próxima generación… de la carga que llevarán si no tomamos medidas ahora«.
El programa de descarbonización de Nueva Zelanda está apoyado por un fondo estatal de 200 millones de dólares neozelandeses (141 millones de dólares) e incluye la eliminación gradual del carbón, el requisito de que los organismos gubernamentales utilicen vehículos eléctricos y una nueva normativa para la sostenibilidad de los edificios públicos.
La declaración de la emergencia climática, sin embargo, viene sin nuevas leyes o inversiones, haciendo que el anuncio sea puramente simbólico.
Otros 32 países, entre ellos Japón, Canadá, Francia, Irlanda y el Reino Unido, ya han declarado la emergencia climática. El hecho de hacerlo indica que los gobiernos reconocen que el cambio climático es una amenaza muy grave que requiere una respuesta urgente.
Los activistas y científicos del clima siguen advirtiendo que los gobiernos no están haciendo lo suficiente para cumplir el objetivo del Acuerdo de París de reducir las emisiones para mantener los niveles de temperatura mundial dentro de los 2ºC de los niveles preindustriales.
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