En un mundo en el que la deforestación conduce directamente a la pérdida de biodiversidad, interrumpe el ciclo del agua y altera las precipitaciones, buscar alternativas para reciclar o producir papel es más importante que nunca.
Científicos de la Universidad Tecnológica de Nanyang (Singapur) han desarrollado un papel a base de polen que, una vez impreso, puede borrarse y reutilizarse varias veces sin que se dañe el papel.
El proceso de fabricación del papel a base de polen es similar al de la fabricación tradicional de jabón, que es más sencillo y requiere menos energía. Comienza con el uso de hidróxido de potasio para eliminar los componentes celulares encapsulados en los resistentes granos de polen de girasol, que se convierten en suaves partículas de microgel.
A continuación, los investigadores utilizan agua desionizada para eliminar las partículas no deseadas del microgel de polen resultante, que se vierte en un molde plano y se seca al aire en una lámina de unos 0,03 mm de grosor, es decir, la mitad del grosor del cabello humano. A continuación se trata con ácido acético para hacerlo insensible a la humedad.
El papel resultante es una alternativa ecológica viable al papel convencional a base de pulpa de madera; es más flexible y translúcido.
En las pruebas, el equipo demostró cómo se podían imprimir imágenes en color de alta resolución en el papel de polen no alergénico con una impresora láser y luego «desimprimir», eliminando completamente el tóner sin dañar el papel, con una solución alcalina.
El papel, ahora en blanco, se hincha tras el proceso de desimpresión y se coloca en etanol durante cinco minutos para que el gel vuelva a su estado anterior, y luego se seca al aire y se trata con ácido acético. Ahora el papel está listo para imprimir de nuevo.
El proceso puede repetirse hasta un mínimo de ocho veces sin que se pierda la integridad estructural del papel ni la calidad de las imágenes impresas. Esto supone una ventaja con respecto a los sistemas anteriores que requieren disolventes fuertes o luz intensa, que dañan aún más el papel con el paso del tiempo.
La nueva técnica también podría ayudar a reducir las emisiones de carbono y el uso de energía asociados al reciclaje convencional del papel, que implica el repulpado, el destonificado y la reconstrucción.
El papel fabricado a partir de cultivos de girasol también podría ayudar a reducir la tala de árboles. El polen del girasol es fácilmente accesible. Además del girasol, los granos de polen de otras plantas, como el loto y la camelia, también podrían usarse para fabricar un material similar al papel.
Más información: www.ntu.edu.sg
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