Al principio no parecía más que un experimento. Era el año 2014 cuando nació Pragma Industries, una empresa con sede en Biarritz, ciudad al suroeste de Francia que domina el golfo de Vizcaya. Hoy, sin embargo, todo parece estar listo para el salto comercial, una entrada con estilo en el sector de la movilidad sostenible.
Gracias al trabajo de un equipo de ingenieros, científicos y técnicos, con especialidades que van desde la mecánica a la electrónica, pasando por la automatización y el diseño de software o electroquímica, un pequeño prodigio de la innovación pronto se podría a la venta en el mercado europeo.
Las principales características que conocemos de esta bici eléctrica parecen muy atractivas: motor Brose, dos baterías de iones de litio de 150 Wh y una pila de combustible de 150Wh con tecnología PEM (Proton Exchange Membrane), que permite recargar las baterías con el pedaleo. La pila de combustible contiene 2 litros de hidrógeno y se coloca en el depósito integrado en el chasis junto con los demás componentes. Gracias a este sistema, Alpha es capaz de garantizar hasta 100 km de autonomía y un tiempo de carga de sólo 2 minutos.
A diferencia de las baterías de las bicicletas eléctricas «tradicionales», no sufre los efectos de las bajas temperaturas, las características del hidrógeno le hace mantener un rendimiento constante a cualquier condición climática. El resto del equipo incluye frenos de disco, horquilla amortiguadora y caja de cambios.
La diferencia real es que en comparación con las e-bikes estándar, Alpha no necesita 3-4 horas para completar el ciclo de recarga, pero sobre todo es capaz de responder a las principales objeciones planteadas a los vehículos que montan pilas de combustible: ¿cómo se puede obtener hidrógeno de forma sostenible, dado que la fuente de partida es casi siempre el metano? Para sortear este problema y presentarse como una empresa totalmente ecológica, Pragma Industries ha trabajado con Ataway para desarrollar la mini estación de carga que se suministra a quienes compran la bicicleta. H2 Spring produce hidrógeno a través de la electrólisis del agua y el gas se almacena y comprime antes de ser transferido al depósito de la bicicleta. Todavía no hay datos fiables sobre el precio, pero se espera que rondará los 2.300 €. Actualmente se están financiando a través de wiseed.
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