El Polo Sur bate un nuevo récord: el 9 de febrero, en la isla de Seymour, el termómetro registró temperaturas incluso superiores a los 20 ºC. Un dato aislado, aseguran los expertos, pero que nos hace pensar.
El mercurio sigue creciendo en la Antártida, estableciendo un nuevo récord.
Menos de una semana después de las temperaturas récord registradas por la estación meteorológica argentina Esperanza, la Antártida vuelve a ser protagonista de la crisis climática con otro récord «caliente» más. El 9 de febrero, en la isla de Seymour, al norte de la Tierra de Graham, los termómetros registraron 20,75 ºC. Esta es una cifra sin precedentes para todo el continente, incluyendo las islas y el Mar Antártico.
La medición fue realizada por el investigador brasileño Carlos Schaefer quien, si bien admitió que nunca había registrado una temperatura tan alta en la Antártida, destacó el carácter «aislado» del caso.
La temperatura, registrada el 9 de febrero, era sólo una lectura y no formaba parte de un conjunto de datos a largo plazo. Aunque la temperatura es un récord, la lectura no forma parte de un estudio más amplio y por lo tanto, en sí misma, no puede ser utilizada para predecir una tendencia. No podemos usarla para predecir el cambio climático en el futuro. Es un hecho aislado. Es simplemente una señal de que algo diferente está sucediendo en esa área.
Carlos Schaefer.
Una confirmación más de la muy grave situación en la Antártida. Filmadas por los satélites Copérnico de la estación de la ESA, las imágenes publicadas la semana pasada mostraron la increíble velocidad con la que un bloque de hielo de más de 300 km2 se desprendía del glaciar de la Isla Pino, el más grande y de mayor riesgo de toda la región antártica.
Según la Organización Meteorológica Mundial de las Naciones Unidas, las temperaturas en los últimos 50 años en la Península Antártica han aumentado casi 3°C. En este mismo período de tiempo, en la OMM, alrededor del 87% de los glaciares de la costa occidental han retrocedido, y sólo en los últimos 12 años se ha registrado una aceleración significativa del fenómeno.
Un aumento de las temperaturas por encima de un grado y medio podría tener consecuencias desastrosas, mucho más graves -según un reciente estudio realizado por la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sydney- de lo que los investigadores han estimado hasta ahora. Analizando lo que ocurrió hace unos 100.000 años, ante un calentamiento del océano de no más de 2°C, los científicos australianos han formulado la hipótesis de un posible aumento del nivel del mar de hasta 3,6 metros. El calentamiento global ha destruido ya hielo del Ártico de 40.000 años.
El casquete glaciar de la Antártida, podría estar cerca de un punto de no retorno que, una vez superado, podría provocar un rápido aumento del nivel del mar durante los próximos milenios.
Christopher Fogwill, director del Instituto de Futuros Sostenibles de la Universidad Británica de Keele.
Más información: www.theguardian.com
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