Actualizado: 05/07/2024
Utilizando una nueva técnica, los científicos han podido identificar fragmentos de plástico extremadamente diminutos en agua embotellada, 10 veces más de los contados anteriormente.
El agua embotellada y su alto contenido de nanoplásticos
Recientemente, la revista Proceedings of the National Academy of Sciences publicó un estudio que arroja luz sobre un problema creciente en el agua embotellada: la presencia de nanopartículas de plástico. Este estudio muestra que el agua embotellada podría contener hasta 240.000 fragmentos de plástico por litro, una cifra entre 10 y 100 veces mayor que las estimaciones previas.
Implicaciones para la Salud
Beizhan Yan, profesor asociado de geoquímica en la Universidad de Columbia y coautor del estudio, señala que, aunque no se recomienda dejar de consumir agua embotellada, especialmente si es la única opción disponible, es prudente considerar alternativas como el agua de grifo. Esto se debe a los posibles efectos en la salud que aún requieren más estudio. Las nanopartículas de plástico son tan pequeñas que pueden atravesar sistemas digestivos y pulmonares, llegando directamente al torrente sanguíneo y de ahí a órganos vitales.
Técnica de Investigación Innovadora
Para detectar estas nanopartículas, los investigadores utilizaron una técnica llamada Microscopía de Dispersión Raman Estimulada (SRS). Este método, inventado recientemente por uno de los coautores del estudio, emplea dos láseres para hacer resonar moléculas específicas, lo que permite identificarlas mediante un algoritmo computacional.
Resultados Preocupantes
Los resultados del estudio indican la presencia de entre 110.000 y 370.000 partículas de plástico por litro de agua, siendo el 90% de ellas nanoplásticos. Los tipos más comunes encontrados fueron nylon y PET (polietileno tereftalato). El nylon probablemente proviene de los filtros utilizados en el proceso de purificación del agua, mientras que el PET se desprende al apretar la botella.
Próximos Pasos
El equipo de investigación planea analizar el agua de grifo, la cual también contiene microplásticos, aunque en niveles significativamente menores. Este estudio es un llamado de atención sobre la omnipresencia de los plásticos en nuestro entorno y la necesidad urgente de investigar más a fondo sus efectos en la salud humana y los ecosistemas.
Vía columbia.edu
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