El sacrificio de pollos es una práctica cruel en la que los granjeros matan a las crías macho por considerarlas «inútiles» para la industria de la agricultura animal.
Los pollos machos de la industria de los huevos no ponen huevos y no fueron criados para la carne, por lo que a menudo son triturados o arrojados a los contenedores para que se asfixien lentamente.
Durante años, los defensores de los animales han exigido el fin de esta horrible práctica y, en 2020, Francia y Alemania dieron un paso adelante para ayudar.
Tanto Alemania como Francia se comprometieron a ayudar a poner fin a la práctica del sacrificio de pollos en la Unión Europea, y están empezando por acabar con ella en sus propios países.
El Consejo de Ministros alemán elaboró un proyecto de ley para prohibir esta controvertida práctica, entró en vigor el 1 de enero de 2022. Alemania es ahora el primer país que ha prohibido por ley el sacrificio de pollos.
Según The Guardian, la ministra de Agricultura, Julia Klöckner, calificó la ley como «un importante paso adelante para el bienestar animal. Hemos invertido millones de euros en alternativas, uniendo el bienestar animal y la eficiencia económica en suelo alemán«.
La medida es un gran paso en la dirección correcta, y es de esperar que otros países sigan su ejemplo. Francia ya ha anunciado su prohibición del sacrificio de pollos, que entrará en vigor en 2023.
Sin embargo, es necesario que otros países se sumen a la iniciativa y pongan fin a esta horrible y cruel práctica ahora.
En 2020, ya hablamos de los primeros huevos sin matanza del mundo que salieron a la venta en Berlín.
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