Actualizado: 05/07/2024
¿Alguna vez has pensado en las castañas de indias como una alternativa para lavar tu ropa? Sí, esas mismas que se encuentran en el suelo durante el otoño.
¿Por qué usar castañas de indias?
Muchos detergentes convencionales contienen químicos que pueden ser dañinos para el medio ambiente y, además, suelen venir en envases de plástico de un solo uso. Por el contrario, este método natural no sólo es beneficioso para la naturaleza, sino que también es libre de químicos, aceite de palma y plástico. Y, como si fuera poco, ¡es completamente gratis! No hay olores, no hay químicos, no hay aceite de palma, no hay plástico. Y lo mejor de todo es gratis, excepto tu trabajo.
Paso a paso para hacer detergente de Castañas de Indias
Las castañas de indias producen un jabón natural, especialmente después de la lluvia.
- Recolección: Asegúrate de recolectar una buena cantidad de castañas de indias.
- Preparación: Corta las castañas en pedazos pequeños y sécalas hasta que estén completamente duras. Puedes usar un deshidratador o un horno a baja temperatura.
- Elaboración del detergente: Coloca 40 g de castañas secas en un frasco de 500 ml. Llena el frasco con agua hirviendo y deja reposar entre 10 y 30 minutos. Luego, cuela el líquido en otro frasco.
- Repetición: Vuelve a sumergir las castañas en agua caliente, esta vez por al menos una hora. Cuela el líquido y repite el proceso una tercera vez, dejándolas en remojo al menos dos horas o, mejor aún, toda la noche.
Con cada remojo, el líquido será menos denso. Sabrás que las castañas ya no sirven cuando cambien de un color amarillo a blanco. Y aunque el líquido tendrá un agradable aroma a árbol y bosque al inicio, este olor desaparecerá después del tercer remojo.
¿Alguna vez has usado este jabón? Déjanos tu experiencia en los comentarios.
maria dice
Buenos dias,
no me queda claro si se utiliza la misma agua en cada remojo, o si se va añadiendo en el frasco que esta puesto de lado. Gracias
Icktzar dice
En Cuba en un tiempo usamos los frutos de un árbol al que llamamos jaboncillo (Sapindus saponaria), que produce unas bayas cuyas carnes son ricas en saponinas triterpénicas. Para aprovecharlas se podía usar una preparación similar, solo que al final convenía pasar el líquido obtenido por arena fina, pues así la arena retenía los mucílagos y resinas presentes también en la baya. Es uno de los mejores detergentes que existen.