Actualizado: 13/09/2022
Empresas del sector textil hacen tímidos avances para disminuir el impacto ambiental que generan sus actividades. Si bien son pequeñas propuestas, evidencian la toma de conciencia en el sector.
La industria de la moda es consciente del nivel de contaminación que genera en toda su cadena productiva.
La mayoría de los materiales textiles provienen de bosques tropicales en extinción, las telas no son biodegradables y para su proceso de producción se requiere verter químicos tóxicos a las vías fluviales.
Según la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el sector textil genera el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Consume más energía que el sector industrial de la aviación y el transporte. El 85% de los textiles terminan en los vertederos.
Coste ambiental de la cultura de la moda rápida.
El término hace referencia a la producción de prendas de vestir que copia los estilos de pasarela. Normalmente generan muchas ventas ya que aprovechan las tendencias de la moda a bajos precios.
Uno de los problemas que ocasiona está en la rapidez con que las piezas son desechadas. Por ejemplo, un comprador medio del Reino Unido solo usa el 70% del vestido o calzado que dispone.
El resto lo desecha, lo que significa 70 kilos en promedio por persona de basura al año. Ese comportamiento se replica a nivel mundial; una vez pasada de moda se tira al basurero para seguir comprando.
No sólo es una tragedia mundial. La mayoría de la moda rápida se fabrica en Asia bajo condiciones de trabajo muy deplorables, especialmente para jóvenes y mujeres.
A nivel mundial, se consumen 80.000 millones de piezas de vestir nuevas cada año, un 400% más de lo que se consumía hace dos décadas.
Las fibras sintéticas como el poliéster y el nylon, entre otras, son un tipo de plástico proveniente del petróleo, lo que significa que pueden tardar hasta mil años en biodegradarse.
Textiles ecológicos como respuesta.
Muchas empresas están optando por usar tecnología sostenible. Para ello recurren a cuero de origen vegetal, seda de cáscara de naranja, zapatos hechos de algas de BLOOM Foam o tela fabricada con hojas de piña.
Si bien requieren el uso de productos químicos para evitar que se degraden, al menos se basan en subproductos de distintas industrias.
Línea Conscious Exclusive H&M.
H&M es una de las mayores marcas de moda, con más de 4.433 puntos de venta en todo el mundo y cerca de 50 mercados online. Es consciente de su huella ambiental y trabaja experimentando con tecnologías sostenibles en sus nuevas colecciones.
El 57% de sus piezas provienen de telas recicladas y esperan llegar al 100% en el año 2030. También prometen eliminar el uso de plásticos para el año 2025.
Más información: globalcitizen.org
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