El mercado en Polonia, Grecia y España está creciendo, mientras que las nuevas instalaciones de colectores térmicos están estancadas en los dos líderes del sector: Alemania e Italia.
Tras una década de pequeños y lentos avances, la energía solar térmica europea se ha visto sacudida: en 2018 el sector creció un 8,4 % respecto al año anterior, cubriendo con los nuevos colectores 2,2 millones de m2 de superficie. Esto significa que a finales del año pasado, había un total de 53 millones de m2 de paneles solares instalados en 28 Estados miembros para una potencia acumulada de unos 37.000 MWth.
Los números pertenecen al barómetro 2019 publicado por Eurobserv’ER, un consorcio especializado en el control de las energías renovables en la Unión Europea. El documento analiza el progreso de los estados por separado y los compara de forma conjunta. Esto demuestra que el mercado europeo está experimentando una transformación: los históricos países termosolares, es decir, Alemania e Italia, están experimentando un estancamiento, con un factor de crecimiento anual prácticamente cero.
Francia, por su parte, se sitúa a la cabeza, con un crecimiento del 27,4 %, seguida de países como Polonia, Grecia y España, respectivamente, con incrementos del 2,5, 4 y 2 % en la superficie cubierta por los colectores solares.
Según el consorcio, los datos de 2018 son buenos para el sector, pero pierde impulso cuando se analiza en perspectiva con los principales objetivos de la UE. Para Eurobserv’ER, de hecho, incluso si las tendencias al alza continuaran en 2019 y 2020, el retraso acumulado en los últimos años por la energía solar térmica europea no permitirá a los países de la UE alcanzar los objetivos fijados para finales de la década.
El principal obstáculo para el desarrollo del sector, según el barómetro 2019, está representado por la inversión inicial.
A pesar de unos costes de producción muy competitivos, equivalentes a 2 céntimos de euro por kWh para la producción de agua caliente en sistemas solares térmicos domésticos, la inversión en equipos sigue siendo un obstáculo para el desarrollo del mercado. Sin embargo, el consorcio está convencido de que, al igual que la energía fotovoltaica, la energía solar térmica todavía tiene un importante margen de crecimiento a nivel residencial e industrial. En el escenario más ambicioso para las energías renovables europeas de aquí a 2030 (donde las fuentes limpias alcanzarían el 34 % del consumo), la contribución de la energía solar térmica sería del 6,2 %.
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