Actualizado: 10/09/2021
Estamos rodeados de pavimento. ¿No debería contribuir a la sostenibilidad?”. Es la pregunta que plantean y responden desde Platio, una startup húngara que ha desarrollado una solución para integrar celdas solares en el suelo, con elementos fabricados con plástico reciclado. La propuesta ha llamado tanto la atención que ya se ha puesto en marcha en un parque logístico en Budapest. El piloto no solo da impulso a esta innovación, sino que se convierte en la primera estación solar integrada en aceras para la carga de vehículos eléctricos en un parque logístico.
Es una solución “inteligente, atractiva y que ahorra espacio”, asegura Miklós Illyé, uno de los cofundadores de Platio. Con la colaboración de la empresa Prologis, especializada en la gestión de inmuebles para logística y distribución, la startup acaba de instalar por primera vez su sistema: una acera solar capaz de aportar 700 Wp de energía limpia a una unidad para recargar coches eléctricos adyacente.
La aproximación, que combina células solares de alto rendimiento con losas de plástico reciclado, aporta energía limpia al margen de la red para cargar los coches. Sin embargo, la idea da para más. Y es que, cuando no haya demanda en la unidad de recarga, la energía captada se aprovechará para un edificio de oficinas situado en las cercanías.
La solución destaca por muchas cosas, entre ellas, ahora que se ha puesto en práctica, la extraordinaria facilidad para desplegarla. Así, habilitar esta unidad solar no requirió más de un día. A diferencia de otras aproximaciones a la tecnología solar integrada en el pavimento, la ideada por Illyé y otros dos jóvenes húngaros destaca por la sencillez de su instalación y mantenimiento. El hecho de que el sistema sea modular, ayuda, como lo hace que no requiera de ningún tipo de cimentación especial.
Aunque en este caso se haya llevado a la práctica en un área de recarga, Platio no ve en esta la única salida para su invento. “La electricidad generada puede almacenarse o emplearse para funciones integradas en el pavimento o para dispositivos del espacio público que estén situados en las proximidades”, sostienen desde la firma. Esta apunta entre las posibles salidas para esta tecnología el alumbrado urbano o los sistemas de control de tráfico.
Hasta que se extienda para esos posibles usos, la experiencia en este área logística de Budapest es ya, en sí misma, un hito para la firma. “Es un paso importante para nosotros y para el cumplimiento de nuestra misión, que es la de contribuir a la movilidad eléctrica”, destacan los promotores.
Estos no parecen haber dejado muchos cabos sueltos en la ejecución de su idea. Así, por ejemplo, han tenido en cuenta que los elementos a integrar en las aceras sean antideslizantes, además de duraderos y antirrobo. Para ello, han usado vidrio templado, de manera que las unidades sean resistentes a rupturas ante cargas de hasta 10 toneladas. Además, si alguien quisiera romper estas losas, tendría que golpearlas con un peso superior a 5 kilos.
No obstante, la ruptura de los cristales no impide que se pueda seguir caminando sobre estas superficies. Sin embargo, si fuera necesario cambiar una losa, esta puede ser sustituida con herramientas especiales, pero con bastante facilidad. La misma sencillez se traslada al mantenimiento, para el que solo es necesaria un poco de agua en caso de suciedad. Con todo, el sistema se posiciona para ganar terreno en el espacio urbano como fuente de energía primaria inteligente y limpia.
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