
Se estima que esta pintura podría ayudar a reducir hasta un 25 % los costos en calefacción y aire acondicionado.
- Pintura inteligente cambia de color según la temperatura exterior.
- Oscura por debajo de 25 °C, clara por encima.
- Aumenta o reduce la temperatura interior según la estación.
- Hasta 7 °C más fresca en verano, 4 °C más cálida en invierno.
- Reduce el consumo energético hasta un 25 %.
- Costo inicial alto, pero retorno a medio plazo.
- Alta durabilidad, resistencia a cambios térmicos.
- Gran potencial ecológico y de sostenibilidad.
Pintura termocrómica aislante que se adapta a la temperatura
Una innovación que podría cambiar la eficiencia energética en la construcción. Esta pintura desarrollada por Joe Doucet no solo es capaz de aislar térmicamente, sino que modifica su color en función de la temperatura exterior, adaptándose de forma automática a las estaciones. El objetivo: mejorar el confort interior y reducir el consumo de energía sin necesidad de sistemas activos como calefacción o aire acondicionado.
Cambia de color para regular la temperatura
El principio es sencillo: los colores claros reflejan la luz solar y ayudan a mantener la frescura, mientras que los oscuros la absorben, generando calor. Inspirado en este fenómeno natural y en la arquitectura tradicional —como las casas blancas del Mediterráneo o las oscuras del norte de Europa—, Doucet desarrolló una pintura termocrómica que actúa como un regulador térmico pasivo.
- Por debajo de los 25 °C, la pintura se torna oscura (tonos como gris antracita o negro), lo que favorece la absorción del calor y contribuye al calentamiento interior.
- Por encima de los 25 °C, cambia rápidamente a blanco, reflejando la radiación solar y evitando el sobrecalentamiento del interior del edificio.


Reducción significativa del consumo energético
Este cambio de color no es estético, es funcional. Según las pruebas realizadas:
- En verano, un edificio tratado con esta pintura puede mantenerse hasta 7 °C más fresco.
- En invierno, puede alcanzar hasta 4 °C más de temperatura interior.
Cada grado adicional de temperatura interior supone aproximadamente un 3 % de ahorro energético. En conjunto, la pintura termocrómica permitiría reducir hasta un 25 % el consumo energético anual en climatización, una cifra especialmente relevante para zonas con climas extremos o con grandes oscilaciones térmicas.
Consideraciones sobre durabilidad y coste
La durabilidad era un reto clave. El cambio constante de color podría degradar rápidamente una pintura convencional. Sin embargo, tras años de pruebas, el equipo de desarrollo ha logrado una formulación estable que resiste miles de ciclos térmicos sin perder sus propiedades ni adherencia.
En cuanto al precio, esta pintura cuesta entre tres y cinco veces más que una convencional. No obstante, considerando el ahorro energético estimado, el retorno de la inversión podría alcanzarse en pocos años, especialmente en viviendas mal aisladas o en zonas con climas extremos.
Potencial
Esta innovación va más allá del confort personal o del ahorro económico. En el contexto de la transición energética y el aumento de temperaturas globales, tecnologías pasivas como esta son esenciales.
- Disminuye la necesidad de aire acondicionado, reduciendo las emisiones indirectas de gases de efecto invernadero.
- Fomenta la eficiencia energética en edificios existentes, sin grandes obras ni sistemas complejos.
- Compatible con políticas de rehabilitación térmica, ya que se puede aplicar como una pintura convencional en fachadas.
En definitiva, la pintura termocrómica representa una solución simple, efectiva y sostenible que puede convertir los edificios en sistemas inteligentes de gestión térmica. Un paso más hacia ciudades más resilientes y adaptadas al cambio climático.
Más información: JOE DOUCET x PARTNERS JDXP
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