Actualizado: 03/09/2024
El descubrimiento de un alga marina por parte de un agricultor podría ayudar a frenar las emisiones de metano, ¡y cambiar el mundo!
Una de las medidas más efectivas para reducir el calentamiento global es frenar las emisiones de metano.
En la Isla del Príncipe Eduardo, en Canadá, el improbable descubrimiento del agricultor Joe Dorgan tiene el potencial de cambiar el mundo.
Dorgan, fundador de North Atlantics Organics, que produce y distribuye algas orgánicas, se topó con lo que es nada menos que un milagro climático, cuyas semillas se plantaron a lo largo de cinco generaciones de agricultura familiar en las costas de la isla del Príncipe Eduardo. En aquel entonces, los agricultores cosechaban algas para alimentar y fertilizar.
Dorgan sabía por experiencia que sus algas tenían potencial, así que envió muestras de la misma a la Universidad de Dalhousie, en Nueva Escocia, para que las analizaran con el fin de obtener una certificación orgánica. Gracias a ello, se descubrió que la alta absorción de vitaminas y minerales naturales de las algas marinas impulsaba la reproducción y la producción de leche en las vacas.
Dorgan sabía instintivamente que las algas eran saludables para las vacas, pero la investigación reveló una consecuencia no prevista: las algas hacían que las vacas tuvieran menos gases.
A nivel mundial, el metano es responsable del 30% del calentamiento global. De esa cifra, el ganado, como el vacuno, es responsable de un tercio de todas las emisiones de metano.
Los investigadores descubrieron que alimentar al ganado con algas marinas reduciría los gases de efecto invernadero hasta en un 40%.
La digestión del forraje requiere una digestión extra por parte de las vacas y hace que éstas eructen más. Esos eructos emiten metano, un gas de efecto invernadero que atrapa el calor y es 80 veces más potente que el dióxido de carbono.
En un año, una vaca emite tantos gases de efecto invernadero como un coche pequeño. Ya que el número de animales se ha disparado para ayudar a alimentar a una población creciente, el ganado representa ahora el 15% de las emisiones mundiales.
Esto motivó al científico jefe de Futurefeed, Rob Kinley, a trabajar con Dorgan en su certificación orgánica hace 15 años, a encontrar una especie de alga marina con un poder de reducción de metano aún mayor.
Empezamos a hacer pruebas con algas de la costa de Australia, y no tardó en aparecer la especie Asparagopsis, y lo hizo a lo grande. Tan grande que ni siquiera creíamos lo que estábamos viendo. Hicieron falta varias pruebas antes de creer lo que veíamos, que era que ya no podíamos encontrar metano.
Rob Kinley
La investigación de Kinley demostró que la Asparagopsis, un tipo común de alga roja, tiene el potencial de eliminar prácticamente las emisiones de metano del ganado. Pero hay que superar algunos obstáculos: no es fácil recogerla del océano, así que los científicos están experimentando con su cultivo.
El equipo de Kinely, junto con otros como Josh Goldman, jefe de proyecto de Greener Grazing, están cada vez más cerca de perfeccionar las técnicas.
El modo en que cambia la función rumiante en la vaca también hace que el animal sea más eficiente desde el punto de vista energético.
Goldman se siente alentado por la versatilidad de las algas. Dijo que su cultivo sólo lleva unos 90 días, lo que permite realizar varios ciclos al año, y que puede cultivarse en operaciones de acuicultura casi en cualquier lugar si el clima es adecuado.
Sin embargo, alimentar a los 1.500 millones de vacas que hay en el mundo supone un gran esfuerzo.
Hay muchas bocas que alimentar. Pero la buena noticia es que sólo tenemos que alimentar a esas vacas con el 0,2% de su ración diaria.
Pero, también hay que convencer a los propietarios de las vacas a utilizar el suplemento de algas.
Para esto, Goldman dice que hay un incentivo: añadir algas a la dieta de las vacas significa que consumen menos alimento. Y, según él, los productores de leche y los ganaderos probablemente podrán sacar provecho, vendiendo créditos de carbono por las emisiones que reduzcan.
Eliminar casi todo el metano de casi todas las vacas de la Tierra «tendría un impacto tremendo, más o menos equivalente a eliminar todas las emisiones de Estados Unidos, o el equivalente a retirar todos los coches de la carretera a nivel mundial«, afirma Goldman.
Es un camino largo, pero el trabajo de Kinley ha avanzado mucho desde su descubrimiento inicial hace 15 años.
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