Actualizado: 05/07/2024
Una novedosa tecnología de pretratamiento de biomasa llamada CELF, hace que sea más fácil y ecológico descomponer la materia vegetal dura y compleja en combustible utilizable.
La producción de biocombustibles se ha enfrentado a un gran desafío: la dificultad de descomponer la materia vegetal de forma rentable y neutra en carbono. Sin embargo, un nuevo estudio revela que, mediante la introducción de un químico renovable en el paso de pretratamiento, es posible superar este obstáculo, abriendo la puerta a la producción de biocombustibles de próxima generación de manera eficiente y sostenible.
El Desafío del Lignino
El lignino, componente clave de las paredes celulares de las plantas, confiere a estas una mayor integridad estructural y resistencia frente a ataques microbianos. No obstante, estas mismas propiedades hacen que su extracción y aprovechamiento de la biomasa resulte complejo.
La utilización del lignino es la clave para obtener lo que deseamos de la biomasa de la manera más económica y ecológica posible.
Charles Cai, profesor asociado en la UC Riverside.
Tecnología CELF
Para superar este reto, Cai desarrolló CELF (fraccionamiento lignocelulósico mejorado con co-solvente), una innovadora tecnología de pretratamiento de biomasa. CELF emplea tetrahidrofurano (THF) junto con agua y ácido diluido durante el pretratamiento, mejorando la eficiencia general y añadiendo capacidades de extracción de lignino. Lo más destacado es que el propio THF puede producirse a partir de azúcares de biomasa.
Ventajas económicas y ambientales.
Un estudio publicado en Energy & Environmental Science detalla cómo una biorrefinería CELF ofrece beneficios económicos y ambientales significativos en comparación con los combustibles basados en petróleo y los métodos anteriores de producción de biocombustibles. Según este estudio, el uso de biomasa densa como el álamo en una biorrefinería CELF podría permitir la producción de combustible de aviación sostenible a un precio de equilibrio tan bajo como $3.15 por galón de equivalente de gasolina.
Impacto en la producción de Biocombustibles.
Este avance no solo representa un hito para la producción de biocombustibles de segunda generación, utilizando biomasa no comestible como residuos de madera, bagazo de caña de azúcar o rastrojo de maíz, sino que también tiene el potencial de desplazar un 30% del consumo de petróleo en EE.UU., generando empleos domésticos y reduciendo las emisiones de carbono.
Futuro de los Biocombustibles y CELF
Con el reciente éxito, el Departamento de Energía de EE.UU. ha otorgado a los investigadores una subvención de $2 millones para construir una planta piloto CELF a pequeña escala en la UC Riverside. Este es un paso significativo hacia la inversión a mayor escala en la tecnología, con el potencial de ofrecer una alternativa viable a los combustibles fósiles.
La tecnología CELF representa un gran avance en la producción de biocombustibles, ofreciendo una ruta rentable y neutra en carbono para su producción. Este desarrollo no solo tiene el potencial de revolucionar la industria de los biocombustibles, sino también de contribuir significativamente a la lucha contra el cambio climático.
Vía UC Riverside
Jorge dice
Hola grupo buen dia les quería mostrar mi marido hizo esto donde antes estaba una ventana para reciclar botellas de vidrio falta pintar pero quedó genial
Y hizo un muro también que les parece
José antonio Díaz galvan dice
también podríamos apobrechala algas marinas para la producción de bio combustible