Actualizado: 30/09/2022
Las estudiantes de posgrado del Pratt Institute Charlotte Böhning y Mary Lempres, del Studio Doppelgänger, han creado Strøm, unos filtros de agua compostables hechos con residuos de alimentos.
Son un filtro de carbono fabricado sin combustibles fósiles, utilizando restos de cocina. Puedes utilizar los filtros Strøm como sustitutos de los cartuchos Brita, o añadir barritas filtrantes purificadoras a las botellas o vasos de agua. Incluso hay una jarra autolimpiable.
¿Cómo funciona?
Estos filtros utilizan carbón activado, pero en lugar de proceder del petróleo, la fuente es una forma de biocarbón natural. Se mezcla con resinas naturales para darle forma de termoplástico.
El compuesto actúa como un filtro o recipiente. Al mismo tiempo, abre un nuevo horizonte de opciones para la filtración y el almacenamiento del agua. Además, reduce la necesidad de filtros de plástico de un solo uso que acaban en los vertederos, unos 100 millones de cada año.
Fabricación.
Böhning y Lempres quemaron en un horno cáscaras de plátano, huesos de oveja y otros residuos procedentes de su cocina, granjas locales y restaurantes.
Este proceso de «pirólisis» evita que el carbono de la biomasa forme dióxido de carbono durante la combustión. En cambio, lo convierte en un carbón absorbente y poroso que almacena el carbono de los alimentos en lugar de liberarlo a la atmósfera.
El secuestro de carbono era uno de los principales objetivos del proyecto. Incluso cuando estos filtros lleguen finalmente al vertedero, seguirán almacenando carbono. No producirán metano como los residuos alimentarios.
El biocarbón y el propóleo de las abejas se combinan con resinas de árboles para crear estas formas flexibles que pueden fundirse, inyectarse o moldearse para formar cartuchos o verdaderas jarras de agua Strøm.
Los productos finales afirman que superan a los filtros tradicionales y funcionan para filtrar varias sustancias que no reaccionan al carbón activado.
El biocarbón se magnetiza en un baño de sales ferrosas para extraer los metales pesados del agua. Por su parte, los huesos de animales que contiene el carbón filtran el flúor.
El propóleo y la resina de árbol evitan la acumulación de bacterias y actúan como aglutinantes. Es brillante, de verdad.
Las abejas utilizan el propóleo para momificar los cadáveres de los intrusos de la colmena y detener la propagación de enfermedades. Esto significa que el propóleo puede utilizarse para una serie de aplicaciones antimicrobianas, antivirales y antifúngicas.
Los filtros se descomponen en el suelo en aproximadamente un mes. Los plásticos suelen tardar 11 generaciones en descomponerse y liberan sustancias químicas contaminantes. El biocarbón, en cambio, puede utilizarse como fertilizante o como sumidero de carbono.
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