Actualizado: 10/08/2022
Estudios por satélite de la Agencia Espacial Brasileña muestran un aumento en el área deforestada de la Amazonia por segundo mes consecutivo.
Expertos y ambientalistas temen que la deforestación en la Amazonia siga creciendo bajo la presidencia de Bolsonaro.
La deforestación en la Amazonia creció un 88% en junio de 2019 en comparación con el mismo período del año pasado: el aumento fue documentado por la Agencia Espacial de Brasil (INPE), que, por segundo mes consecutivo, registra un nuevo aumento en el fenómeno.
Según datos publicados por el INPE, en junio se perdieron 920 kilómetros cuadrados de selva amazónica, lo que representa un aumento del 88,4% con respecto al mismo período de 2018. El mes pasado, la Agencia Espacial Brasileña informó el primer aumento en el área deforestada (+34% en comparación con mayo del año pasado) desde que Jair Bolsonaro ganó las elecciones presidenciales.
En los primeros 11 meses desde que el gobierno de Bolsonaro asumió el poder, la selva amazónica ha perdido 4.565 kilómetros cuadrados, en su mayoría talados ilegalmente.
Según ambientales locales, la línea presidencial ha impulsado a empresas y agricultores a mirar más agresivamente los recursos de la selva: los repetidos ataques a las comunidades indígenas (cuya presencia actúa como elemento disuasivo de la deforestación en ciertas zonas), el apoyo a la expansión de la agricultura y el enfrentamiento con Ibama, la agencia de protección del medio ambiente a la que desde hace algunos meses se le prohíbe tratar con los medios de comunicación, son algunos de los factores que explican la nueva fase de la deforestación de la Amazonia.
Las cifras elaboradas por el INPE deberán ser confirmadas, a finales de año, por el programa gubernamental de satélites PRODES, pero atestiguan, sin embargo, una clara tendencia al crecimiento.
La deforestación en Brasil alcanzó sus niveles más altos a principios de la década de 2000, con la desaparición de regiones enteras de selva tropical en pocos meses (en 2004, el conteo de bosques perdidos alcanzó los 27.000 kilómetros cuadrados). Desde entonces, la actividad del Ibama contra la expansión de las plantaciones y la tala ilegal ha permitido reducir el fenómeno.
Hace unas semanas, el ministro brasileño de Medio Ambiente, Riccardo Salles, impugnó el estudio del INPE, considerándolo manipulable y propuso sustituir la Agencia Espacial por un servicio satelital privado capaz de proporcionar imágenes de alta resolución y en tiempo real de la selva amazónica.
«Estamos tomando todas las medidas disponibles para combatir la deforestación ilegal – explicó Salles – Esta semana hemos enviado simultáneamente 17 equipos de refuerzo del Ibama a lo largo de la Amazonía.»
El portavoz de Greenpeace, Paulo Adario, explicó cómo todos los indicadores llevan a suponer que la deforestación aumentará bajo la actual presidencia: «Cuando lleguen las cifras finales, si son realmente altas, será una verdadera pesadilla para Bosonaro -concluyó Adario, confiado en que la presión de la opinión pública puede empujar al Gobierno a actuar-, es un tema de gran importancia tanto desde el punto de vista internacional como local porque la Amazonia es y sigue siendo un icono para todo el mundo.»
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