Actualizado: 05/07/2024
Cada año generamos individualmente unos 500 kilos de basura, la cual se compone aproximadamente de un 25% de plásticos. Este número va en aumento con el paso de los meses y, aunque las iniciativas contra las bolsas de plástico se han popularizado, todavía hay residuos que parecemos no saber evitar.
Un ejemplo es el bolígrafo desechable.
Ya sabes, el clásico boli de plástico de un sólo uso que nos regalan en cualquier evento o reunión, que acumulamos por docenas en los cajones de nuestro escritorio, y que perdemos y volvemos a obtener a un ritmo casi vertiginoso.
Aunque la gran mayoría de campañas se centran en buscar solución a las bolsas y a las botellas de plástico, la verdad es que los bolígrafos desechables tampoco son un problema pequeño, que digamos.
Según un estudio de la EPA, cada año se tiran solo en América 1.6 billones de bolis. Si añadimos la resta del planeta y lo multiplicamos por las décadas que hemos utilizado este producto para escribir, podremos comprender en parte las islas de basura del tamaño de Texas que se encuentran en el océano.
Es fácil comprender la popularidad de los bolis desechables: son de bajo coste, de cómoda utilización y pueden encontrarse en todas partes. Sin embargo, no dejan de ser productos con fecha de caducidad. Un bolígrafo puede durar entre 1 y 5 meses, depende del uso que se le dé. Además, su composición de plástico no biodegradable es muy difícil de reciclar, por lo que contribuye a la acumulación de tóxicos en el medio ambiente.
El pasado junio decidí hacer un experimento y comprobar cuantos bolis tenía en mi despacho. A pesar de no haber sido nunca una compradora compulsiva de material de escritorio, me llevé la sorpresa de tener más de 40 bolígrafos en mis cajones. ¿De dónde los había sacado?
Me di cuenta de que muchos de ellos eran objetos publicitarios de marcas y eventos, que otros muchos eran de una calidad pésima y que unos cuantos otros no habían visto jamás la luz del sol. No sabía ni que los tenía, vamos. En ese mismo momento decidí no comprar ni aceptar un solo bolígrafo más hasta terminar los que había acumulado a lo largo de los años.
La verdad es que, ante la problemática situación de los bolígrafos desechables, han surgido varias alternativas. Algunas tan básicas como bolígrafos de plástico reciclado (que no son una solución real al problema), y otras tan originales como bolis hechos de papel con semillas interiores que pueden ser plantadas una vez termines la tinta.
Mi alternativa preferida, no obstante, y la que he acogido desde Noviembre por funcionalidad y comodidad, es la de la pluma estilográfica. Esta herramienta, considerada como una de las mejores para escribir, son más caras que los bolígrafos, pero solo necesitan comprarse una vez. Ya nuestros padres y abuelos las utilizaban en su día a día, y tan solo tenía que rellenar la tinta a medida que se fuera gastando –tinta que puede ser ecológica y puede comprarse en botes de vidrio.
¡Voilà! Un sistema con sentido, cómodo y sostenible. Al fin y al cabo, lo que realmente necesitamos es tinta.
Cuando se nos acaba la gasolina, no tiramos nuestro coche entero, así que, ¿por qué íbamos a tirar todo el bolígrafo cuando se nos acaba la tinta?.
Lin King, encargado de los servicios de reciclaje de una universidad americana
Realizar el cambio a una herramienta de escribir reutilizable es sencillo y efectivo, y puede ayudar enormemente al planeta. Además, las plumas, que requieren de menor presión manual, permiten sesiones de escritura más cómodas y más largas, y ofrecen una mayor variedad en cuanto a surtido de colores para las tintas.
Si tus sesiones de escritura son menores a causa de la tecnología, ¿no tiene más sentido invertir en un solo bolígrafo o pluma?
Azul dice
El problema esta en que es la industria quien tiene que ponerse las pilas con respecto a esos utiles desechables fabricados en plastico, el consumidor a veces por economia, otras por que la mayoria que compra esos bolis son estudiantes los de primaria no tienen capacidad para usar una pluma, menos recargarlas, cuidarlas, limpiarlas, y ya tomar apuntes rapidos en institutos y universidades con plumas, las carreras iban a durar un año mas, y otro motivo es por que muchos piensan que todo eso del cambio climatico es un cuento, encima las empresas que se dedican al reciclaje no incentiva a la gente a reciclar, ellos obtienen materia prima gratis, separada, que tambien se ahorran la mano de obra, y ellos procesan esos materiales para luego venderlos de nuevo a los fabricantes de envases, en algunos paises la gente obtiene cupones por sus vidrios, o las empresas de manejar los residuos reciclables devuelven parte de beneficios, facilitando comida y agua para animales
Javier dice
Pueden proporcionar la funte de estos datos?
Según un estudio de la EPA, cada año se tiran solo en América 1.6 billones de bolis.