Actualizado: 06/07/2024
Vivimos en un mundo donde el estrés y la ansiedad se han convertido en compañeros constantes de nuestra rutina diaria.
Por esta razón, encontrar actividades que nos ayuden a relajarnos y desconectar es igual de importante que cuidar el resto de aspectos de nuestra vida.
Una de las que ha ganado especial popularidad en los últimos años es la cerámica, en parte por la accesibilidad de los recursos que podemos encontrar en las múltiples opciones de papelería online.
Más allá de su valor artístico, esta actividad ofrece bastantes beneficios para la salud mental y emocional. Estas son algunas de las ventajas que aporta la cerámica a nuestro bienestar.
Conexión con la creatividad
Trabajar con arcilla permite una conexión directa con nuestra creatividad.
La posibilidad de moldear y dar forma a un material tan versátil nos da una libertad que pocas actividades ofrecen.
Además de gratificante, este proceso creativo también estimula el cerebro y mejora nuestra capacidad de resolver problemas.
Al enfocarnos en el diseño y la ejecución de una pieza, entramos de lleno en un estado de flujo, donde el tiempo parece detenerse y las preocupaciones desaparecen momentáneamente.
Beneficios para la salud mental
La cerámica es una forma de meditación activa. El enfoque y la concentración que requiere moldear una pieza ayudan a reducir los niveles de estrés y ansiedad.
Al trabajar con las manos, se activa una parte del cerebro que está relacionada con la coordinación motora y la relajación.
Esta actividad manual puede tener un efecto calmante, similar al de prácticas como el yoga o la meditación.
Mejora de la autoestima y la autoconfianza
Al igual que otras actividades artesanales, crear algo con nuestras propias manos genera una sensación de logro y satisfacción.
Este sentido de logro puede mejorar, al mismo tiempo, nuestra autoestima y autoconfianza, al ver el progreso de nuestras habilidades con el tiempo.
Esta capacidad de mejora y aprendizaje sentarán las bases para trabajar otras áreas de nuestra mente que pueden ayudarnos, de nuevo, a reforzar los valores anteriormente mencionados.
Fomento de la paciencia y la perseverancia
El proceso de creación en cerámica no es inmediato. Desde el momento en que comenzamos a moldear la arcilla hasta que la pieza sale del horno, hay varios pasos y tiempos de espera.
Este proceso nos enseña a ser pacientes y a perseverar, habilidades que son fundamentales en muchos aspectos de la vida.
Aprender a aceptar los errores y a verlos como parte del aprendizaje es otro de los grandes beneficios de esta práctica.
Conexión social y descanso de la tecnología
Participar en talleres de cerámica nos da la oportunidad de conocer a otras personas con intereses similares.
Este aspecto social nos permite compartir experiencias, aprender unos de otros y crear un sentido de comunidad, con todo lo que ello conlleva para la salud mental.
Asimismo, el ambiente relajado y colaborativo de estos talleres contribuye a reducir el estrés y a mejorar nuestro estado de ánimo.
Por otro lado, en una era dominada por las pantallas, dedicar tiempo a una actividad manual como la cerámica nos ofrece un respiro necesario de la tecnología.
La arcilla se convierte así en un medio para practicar el mindfulness, fomentando una mayor conciencia y apreciación del aquí y el ahora.
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