Actualizado: 01/01/2023
Las temperaturas extremas del verano ponen a prueba nuestros hogares, cada año mas. Cuando llega el calor nos acordamos y sufrimos lo que implica tener un hogar mal aislado o con problemas de ventilación y refrigeración. Tanto si tu casa es un horno como si tu factura eléctrica se dispara con el aire acondicionado, y además quieres ayudar con tus acciones cotidianas a nuestro planeta, estos consejos te vendrán bien para ahorrarte un buen dinero:
Cómo refrescar tu casa en verano.
Ventila por las mañanas y por las noches.
Hay que ventilar cuando bajan las temperaturas. También puedes ventilar durante el día si tu vivienda dispone de ventilación cruzada, que básicamente consiste en la ventilación natural de la casa generando corrientes naturales al abrir al mismo tiempo ventanas opuestas.
Usa Estores a medida.
Los estores nos van a ayudar a aislar el interior de nuestras casas para que el aire acondicionado sea mucho más eficiente y así poder mantener la casa más fresca. Te aconsejo instalar estores a medida ya que serán mucho más eficientes.
Utiliza burletes en las puertas.
Las puertas también ejercen de aislantes entre diferentes estancias de las viviendas y hacia el exterior. Mejorarás notablemente su rendimiento si ajustas su cierre a través de unas tiras flexibles de material aislante que puedes instalar tú mismo. Son baratas y dan muy buenos resultados. Especialmente importante que la puerta principal de la casa este bien aislada.
Minimiza el uso de luces y electrodomésticos.
Deja que la luz se cuele lo suficiente por las rendijas de las persianas, así evitaras tener que gastar mas encendiendo luces en la casa. Puedes abrir las cortinas interiores, ya que no son buenas aislantes e impiden el paso de la luz. También puedes usar Solatube, un sistema de iluminación natural fantástico.
Los electrodomésticos también emiten calor. Especialmente el horno, el lavavajillas, la lavadora y la secadora. Es mejor si los utilizas en las horas de menos temperatura. Utilizar electrodomésticos con alta eficiencia energética.
Aquí tienes un frigorífico natural que no usa electricidad para mantener los alimentos frescos, Groundfridge.
El aire acondicionado a 26ºC.
El uso adecuado del aire acondicionado nos puede ahorrar hasta el 30% en la factura eléctrica. Mantén una temperatura constante de 26ºC. Por cada grado menor, el gasto energético será de un 6 a un 8% mas. Cuando estés en casa, lleva ropa ligera.
El mantenimiento de la instalación de ahora acondicionado también es muy importante. Hay que mantener los filtros limpios para que el rendimiento de la máquina sea óptimo.
Rodéate de plantas.
El agua, al evaporarse, hace bajar la temperatura ambiente. Utilizar especies adaptadas a la climatología del lugar permitirá no consumir agua de riego en exceso.
Coloca plantas y maceteros en las ventanas, al absorber los rayos de sol crearán una película de frescor que el aire esparcirá por la estancia en la que se encuentre. Plantar enredaderas también da muy buen resultado porque crea una capa de vegetación en la fachada que hace las veces de aislante natural.
Aísla el suelo.
Los suelos son una fuente de pérdida energética en los edificios. Las perdidas pueden alcanzar hasta el 15%. Los suelos secos incorporan aislamiento térmico en sus placas reduciendo considerablemente las pérdidas energéticas. Su colocación se hace de forma rápida.
También tienes la alternativa de los suelos sobreelevados, que crean una cámara de aire que actúa como aislante térmico.
Optimiza el uso de agua caliente.
Un buen sistema de aislamiento en la red de tuberías no sólo ayuda a mantener la temperatura deseada, sino que permite un uso más eficiente de la energía, pues se desperdicia menos energía calorífica. El uso de la energía solar para producir agua caliente sanitaria produce unas inversiones o gastos iniciales que se recuperan a corto plazo.
Mejora el aislamiento en paredes y techos.
El aislamiento térmico puede suponer una reducción de entre un 40% y un 70% del consumo energético doméstico. Se puede hacer de muchas maneras, entre ellas:
- En láminas. Compuestos de fibra mineral. Garantiza aislamiento térmico, acústico y protección contra el fuego.
- Pinturas especiales. Pinturas que refracten la luz solar.
- Techos de césped.
Decora para el verano.
Detalles como los muebles, los colores de las paredes o los sofás pueden influir mucho en la sensación térmica de una vivienda. Por ejemplo, los muebles de madera ayudan a regular la humedad de las habitaciones.
Si tienes alfombras, es recomendable retirarlas en verano, y cambia las fibras sintéticas por las vegetales, que absorben mejor la humedad y el calor.
Mejor que los sofás sean de materiales naturales como el lino o el algodón. Si son de cuero, o peor aún, de piel sintética, es fundamental que utilices una funda.
Instala ventanas con doble acristalamiento.
Considerable reducción de pérdida de energía. Por tanto, menos gasto energético e igual nivel de confort térmico. Menos consumo haremos, y por tanto, menos tendremos que pagar en la factura mensual de la luz.