Italia se enfrenta a una importante crisis a consecuencia del cambio climático, las cosechas de aceituna del país siguen cayendo en picado. La industria olivarera italiana ha sido testigo de una disminución del 57 % en la producción de aceitunas y, según un destacado científico, las condiciones climáticas extremas afectarán a otros muchos cultivos.
Los olivos de toda Italia fueron devastados por eventos climáticos durante el año pasado, incluyendo fuertes lluvias, heladas, sequías y fuertes vientos. Todos estos patrones climáticos coinciden con lo que los científicos han predicho que sucedería en caso de calentamiento global.
«Hay patrones claros que apuntan a este tipo de eventos climáticos como los principales causantes de la menor productividad alimentaria».
Profesor Riccardo Valentini
Valentini señaló que las temperaturas bajo cero no son comunes en Italia, y que extremos como éste ya se predijeron a través de distintos modelos en relación al cambio climático. Las investigaciones de las Naciones Unidas también predijeron patrones climáticos similares e indican que lo peor está por venir.
Cuando se trata de los olivos, cualquier cambio brusco de temperatura puede tener un efecto devastador en la cosecha. Valentini explicó cómo uno o dos días de heladas pueden dañar los árboles y su desarrollo. Después de haber experimentado un clima extremo, los árboles nunca se recuperan completamente y son más susceptibles a las enfermedades y plagas.
En general, las temperaturas en Italia y en el Mediterráneo circundante han aumentado alrededor de 1,4ºC en el último siglo, mientras que las precipitaciones han disminuido en un 2,5 %. El cambio climático ha costado al país más de mil millones de dólares en la producción de aceitunas. Los funcionarios del gobierno están tratando de encontrar una solución viable, pero aún no han ofrecido soluciones para los agricultores de la región.
Italia no es el único país afectado por el cambio climático. La Comisión Europea predijo recientemente que las cosechas de aceituna en Portugal disminuirán alrededor de un 20 % el año que viene. Grecia recibirá un golpe mucho mayor con un descenso de alrededor del 42 %. Todas las señales apuntan a un problema cada vez mayor para los países europeos, ya que poner coto a los efectos negativos del cambio climático está resultando ser una cuestión muy compleja.
Más información: theguardian.com
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